Así como los derechos se aprenden, los deberes también, y si bien este aprendizaje empieza en la familia (la célula social básica), se debe reforzarla en la escuela. Nada mejor para enseñar los deberes que demostrarlos con el ejemplo. Una cosa es decir: “cumple con tu deber” y otra cualitativamente diferente: “cumplamos nuestros deberes”.
En el curso, lo que podemos hacer es organizar 2 grupos para que escriban en un papel pliego los derechos de los estudiantes; y otros 2 grupos para que redacten los deberes o responsabilidades. Luego, estimular la reflexión con preguntas generadoras tales como: ¿Para qué redactamos los deberes? ¿Por qué elegimos estos deberes? Seguidamente se deberá promover la acción con interrogantes como: ¿Cumplimos nuestros deberes en el curso y en la casa? ¿Qué pasa si no cumplimos los deberes? ¿Habrá consecuencias?. De seguro será una clase significativa para los estudiantes.