Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Don Hugo en los tiempos del cólera

El autor y recopilador del libro que recoge memorias y semblanzas de Montero Mur escribe sobre las vicisitudes que enfrentó al asumir este reto.<br><br>
Don Hugo en los tiempos del cólera

Sin duda el título denota una metáfora literaria viva en un contexto histórico singular; la vida de un personaje que caminó por los tortuosos senderos en los tiempos de cólera de Bolivia, el lapso previo y los acontecimientos de la insurrección del 9 de abril de 1952 que dieron lugar al nacimiento de un nuevo orden de cosas a partir de los cambios políticos, sociales y económicos producidos. Hugo Montero Mur como la mayor parte de los protagonistas de esa aciaga época, es un espejo de las transformaciones planetarias que planteaban una mirada nueva al mundo.

Cuando las actuales generaciones tratamos de hojear los libros de la vida de quienes fueron carne, sangre  y motor de estos cambios; de pronto nos hallamos  contemplando páginas en blanco acompañadas por un denso silencio de muchos acontecimientos, al margen de ideólogos de esa época que dejaron huellas de su pensamiento; los operadores y obreros de los cambios dejaron muy pocos testimonios de las glorias y miserias de esas décadas convulsionadas de nuestra existencia republicana. Por ello, con inusitada paciencia, hemos buscado algunas historias, en las iridiscencias de las gotas diluidas en un inmenso mar de supuestos. El protagonista de esta semblanza quién formó parte de las energías que impulsaron los flujos y reflujos de la dinámica social señalada, decide recién a los 87 años de edad, grabar en cinta magnética y depositar en nuestras manos, algunos episodios de su vida, la mayor parte de ellos cargados de recuerdos que sellaron su existencia. Todas estas memorias fueron elegidas con el corazón. Este material, sedimentado por gravitación emocional, no es producto depurado de ninguna propuesta política, porque su contenido, no son especulaciones ideológicas ni telarañas políticas. Fundamentalmente son gotas de vida cargadas de afectos propios de sus relaciones humanas.

Mi papel, como el de muchos novatos reseñadores, ha sido similar a las tribulaciones de un acullicador de la palabra, tratando de hallar en las hojas de coca revueltas al fondo de una ch’uspa, las historias que guardan las esencias vitales del protagonista. Por fortuna, Hugo Montero Mur, rompió el silencio y sus palabras me otorgaron las líneas generales que iluminaron como un lamparín de minero, los senderos por donde hallar las vetas más ricas del relato, que parece a momentos emergido de un lóbrego socavón. Don Hugo, aún activo en sus cuarteles de invierno difundiendo su palabra en ondas radiales, no haya visto necesario un libro de sus memorias y pensamiento político filosófico académicamente sistematizado en una obra autobiográfica. Aspecto que se fue alejando por los años que carga, sumada mi falta de tino para reconocer y extraer de su pensamiento: el “sumun” de los problemas sociales que le preocuparon y por los cuales siempre luchó. Pese a estas dificultades, se han recuperado los escenarios de muchos actos de una historia pletórica de múltiples y complejas facetas que incluyen desde pintorescas anécdotas familiares hasta actos temerarios de sacrificio en las luchas sociales callejeras, como podrán apreciar en la lectura.

Algunas narraciones que ya fueron escritas años atrás, han sido reiteradas en las grabaciones que mencioné. He mantenido ambas versiones vivas con los borrones naturales que produce el tiempo estilo narrativo. De esta manera podemos contrastar y saborear la variada tonalidad descriptiva de Gotas de vida, semblanza y memorias de Hugo Montero Mur. luego del paso inexorable de siete décadas de existencia.

Con la casi inexistente documentación personal conservada, me acompañó nuevamente la diosa de la fortuna, al hallar tres archivos de recortes sobre su vida pública, cuidadosamente seleccionados por su señor padre don Pedro Montero Flores. Se trata de un verdadero tesoro que por sí solo equivale a un libro con genuino material de investigación histórica que nos ocuparemos de ponerlo a disposición de los estudiosos de esta materia. Asimismo incluyo algunas fotos que sobreviven a un singular despojo, y las referencias de algunos libros que hacen referencia a él o su actividad administrativa departamental, nacional, sindical y particular. Además de todo esto, solicité algunas notas a personajes y personalidades de su entorno para enriquecer la obra de este personaje caracterizado por su honestidad a toda prueba y su consecuente lucha en favor del movimiento obrero-campesino, en épocas y lugares donde cuesta mucho ser honrado y consecuente. Fueron pocos quienes “arriesgaron” escribir su verdad. Otros no lograron hacerlo por diferentes razones que ya no vale la pena mencionar. Tal vez para descargo, pensemos que hemos vivido en una sociedad de tradición oral, con menor acceso a los libros, donde no se acostumbraba; no era prioridad, ni se fomentaba leer ni escribir. Mi gratitud a los que tuvieron la lucidez, el valor y lealtad de hacerlo a pesar de todo.

Para finalizar debo señalar que las relativamente extensas citas explicativas sobre personajes y hechos del pasado de nuestro protagonista, cumplen una función pedagógica; están pensadas para ampliar el horizonte y perpetuar la memoria histórica de nuestro país en función de las generaciones venideras, quienes deben conocer ¿por qué? y ¿cómo?, un humilde niño migrante de una zona minera, llegó a participar en el colectivo de las transformaciones más significativas del Bolivia y los resultados de este esfuerzo, para llegar a la democracia, aún imperfecta, como la presente, sometida a fuerzas internas de la anti patria y presiones externas infames de grupos planetarios de inmenso poder económico y militar. Esta libertad que atisbamos gracias al sacrificio de muchos bolivianos que pelearon por ella, es la que permite que nuestros habitantes, jóvenes y niños puedan apagar el televisor en paz para agarrar este u otro libro, recostados en un acogedor colchón que costó ríos de lágrimas y sangre de nuestros antepasados.

Escritor