Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Wiñay, la búsqueda y el escape en el camino

La RAMONA conversó con el cineasta boliviano Álvaro Olmos, quien está pronto a estrenar su opera prima en ficción en abril próximo.
Wiñay, la búsqueda y el escape en el camino



 “Wiñay es un punto de quiebre para mí, en todo sentido”, cuenta el director de esta película cochabambina que se estrenará el próximo 11 de abril en Bolivia.

El cineasta local Álvaro Olmos estrenará el 11 de Abril su nuevo largometraje de ficción. Esta película fue filmada en varios municipios cochabambinos, entre ellos algunos del Trópico, Morochata y Cercado.

La producción realizada por Empatía Cinema y dirigida por Olmos cuenta la historia de dos mujeres que realizan un viaje con muchos contratiempos, que resulta ser una autoexploración.

Wiñay muestra un crecimiento profundo y constante de las protagonistas del filme, pero también de su realizador.

-¿Cómo encaraste este tu primer proyecto de ficción?

-Yo, en realidad, estudié ficción en Holanda y Argentina, ese era mi enfoque, al volver a Bolivia quería hacer mi primera película de ficción y mi guion tenía escenas dentro de la cárcel. Martin Boulocq, al verlo, me sugirió ir a la cárcel para ver cómo funcionaba realmente. De esta manera conocí a las personas de ahí dentro y nació San Antonio. Así comencé a hacer documentales. Lo que yo he aprendido del documental es la mirada empática con los personajes, tengo una sensibilidad con mis personajes que creo que ha caracterizado mi trabajo. No solamente es observarlos, sino conectar con ellos y que narremos juntos la historia.

Creo que eso me llevó a hacer Wiñay, el proceso de buscar esta conexión con mis personajes. Narrativamente creo que en lugar de encontrar diferencias he encontrado muchas similitudes. La ficción y el documental, salvo por los personajes, son lo mismo. La construcción narrativa es muy similar, la manipulación artística es necesaria, con Wiñay he aprendido esa manipulación narrativa y artística. Pero ambas cosas son contar algo, en lo personal me gusta narrar, componer, contar historias.

-La película habla del viaje de dos mujeres, ¿qué implica su recorrido?

-Wiñay es una búsqueda interna de dos personajes, pero mía también. Yo estaba en un momento muy crítico de mi vida en ese momento. No creo que la película sea feminista, nunca tuvo esa intención, solo es la historia de dos chicas que viajan y listo, solo quiero contar eso.

Tal vez en algún momento mi lado femenino ha hablado, porque lo que ellas pasan es lo que yo también estaba pasando en ese momento. Mi viaje interno también está reflejado en su viaje. Ha sido interesante como ha fluido eso.

-¿Por qué Wiñay?

-Wiñay significa crecer en quechua. Pero no es crecer como verbo, es algo más complejo, es crecer eternamente, una evolución constante. Al ver la peli te das cuenta del porqué del nombre, porque estas dos mujeres, luego de este viaje, no van a dejar de crecer. El viaje las cura: del corazón, de la ciudad, del mundo.

Básicamente, se trasladan a otro mundo, donde no hay el caos ni el estrés que nosotros tres teníamos en ese momento. Ellas escapan de eso, sin saber lo están haciendo y en algún momento toman conciencia y saben que no van a volver.

-¿Cómo contactaste a las actrices y cómo fue el proceso de filmación?

-Mis dos actrices también estaban un tanto perdidas. Sarah (Tamayo) y Marie (Soriano) no se conocían entre ellas, son amigas mías, pero no salíamos juntos porque no frecuentábamos los mismos círculos.

Marie, que da vida a Susane, también tenía algunos problemas y ella propone un viaje a los Yungas de La Paz, por tierra, pero no por el camino convencional sino de pueblo en pueblo, por las montañas.

Cuando Marie me dijo que sus amigos la desanimaron porque el viaje podía ser peligroso, yo decidí hacer Wiñay, guionizar el viaje y filmarlo. El guion lo hice en tres meses (un tiempo récord), porque ya tenía la historia clara en mi cabeza: Las dos chicas viajando, muy distintas entre ellas. Ya me las imaginaba a las dos juntas, aunque no se conocieran. Todo lo que experimenta Marie en esa película es lo que realmente le estaba pasando. Lo mismo con Sarah, que interpreta a Sole.

Ha sido una reconstrucción de sus propias vidas, he ficcionalizado en base a la realidad.

Pasamos mil cosas. Por ejemplo, Marie no quería hacer la película porque no era actriz, y le dije que si alguien tenía que hacer ese papel era ella, que sin ella no habría película.

Aceptó y hasta ahora pienso que Marie ha sido una de las mejores actrices que he tenido, pienso que hacer la película ha sido un viaje interno para ellas, para mi, para todos. La actuación de Marie es buena, parece que ella fuera actriz desde hace tiempo, porque ella se interpretaba a sí misma.

-¿Hubo alguna dificultad en las locaciones?

-Con las locaciones como tales no, pero nos robaron discos duros, computadoras, y otros equipos en el Chapare. Fue el problema más fuerte y creó un quiebre. Nos robaron tanto material que pensamos que la producción había acabado allí.

Pero todos los chicos se pusieron las pilas y pusieron el hombro, porque no querían parar la producción. Tuvimos que volver a filmar muchas escenas.

-¿Cómo gestionaste este proyecto? ¿Recibieron algún apoyo?

-En un punto, el guion fue muy interno, pero, en algún momento, se convirtió en un proyecto que coordinar, preparar y todo lo que el cine implica. Comenzamos a buscar ayuda y la gobernación nos consiguió contacto con algunas alcaldías de Cochabamba, a partir de allí las poblaciones empezaron a darnos apoyo. Para ellos era una cosa genial que se filme en lugares donde no se había filmado nada.

El municipio de Morochata nos brindó una ayuda muy grande, porque nos prestó el albergue que tenían y nos pagó las comidas. Nos ha ayudado mucho, por eso es prácticamente un asociado y casi todas las escenas fueron filmadas ahí. También recibimos la cooperación de las alcaldías de Shinaota y Villa Tunari.

-¿Cuál fue el proceso de postproducción que tuvo Wiñay?

-La peli tuvo apoyo sobre todo para la postproducción: Argentina, Bélgica y Uruguay. Luego de terminar la película, quería probar suerte y en Uruguay apareció una convocatoria de “Usina del Sur” para ayudar en postproducción a diferentes países, entre ellos Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay.

Presenté el proyecto y la película fue seleccionada, ganamos el segundo premio de color en “HD Argentina”, sonido en Uruguay y subtítulos en Francia. Todo se fue dando así y una amiga editora argentina, fue la que hizo la última edición. La película fue agarrando esa fuerza en postproducción.

-¿Cuáles son las expectativas con la película?

-Yo nunca pensé que la película iba a llegar al cine, pero, bueno, la película se ha filmado en dos meses y tres años después (recién) la vamos a estrenar.

Siento que nos va a ir bien, sobretodo en Cochabamba, porque nos vamos a presentar en dos salas y, entonces, estamos entusiasmados por lo que pueda pasar. Es una película bien íntima, bien personal y sé que tiene un público específico. Esperamos captar eso.

El resultado está bueno, creo que si ves la película con esta perspectiva de búsqueda y escape, te vas a encontrar con algo interesante. Tienes que viajar con ellas, con las protagonistas.

-¿A qué festivales piensan presentarla?

-La película está yendo a festivales de cine independiente, recientemente la presentamos a Colombia. Pero este año es donde más se va a mover. Obviamente la vamos a pasar en Uruguay, porque tenemos coproducción uruguaya.

Estudiante de la UCB - [email protected]