Forjó la clínica dental más tecnológica
El odontólogo peruano Javier Tello se paseó por Brasil, Perú y otros países del continente. Entre todos, eligió Bolivia como su morada y está seguro de que volvería a optar por ella. Su decisión no solo se debe a que encontró el amor en cinco personas oriundas de Cochabamba, su esposa Tatiana Torrico y sus cuatro hijos, sino a que en esta tierra aún halla algo que otras naciones no ofrecen: "tranquilidad, ser dueño de tu tiempo y buena comida".
A los 18 años de edad, Javier Tello se vio obligado a salir de su tierra natal Huánuco (norcentro de Perú) porque no tenía las condiciones económicas para costearse la carrera de Odontología en la universidad de su país.
Un convenio de educación superior entre Perú y Cochabamba lo motivó a migrar. Confesó que “fue difícil”, porque para entonces la única referencia que tenía de Bolivia eran Los Kjarkas (rió), pues el grupo iba a tocar a Huánuco.
Ingresó a la carrera de Odontología en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y, con el transcurso del tiempo, Bolivia lo fue cautivando. “La primera impresión que tuve fue increíble porque (Cochabamba) tenía el mismo clima que la tierra de donde vengo (Huánuco). Estaba más habitada y con más infraestructura. Eso fue lo que me gustó mucho”.
Al culminar sus estudios superiores, pensó seriamente en retornar a su tierra natal, pero Bolivia le abrió puertas laborales, así que desistió. A ello se sumó que como profesional tuvo “buena aceptación en el medio” y, lo más importante en su criterio, es que en el país halló “tranquilidad, control de tiempo, buena comida y linda infraestructura”.
Entre todas esas cualidades, la más importante para él es la tranquilidad, pues, en comparación con Perú y Brasil -el primer país lo conoce por ser su tierra natal y el segundo porque ahí realizó una especialidad-, Bolivia no es agitada.
El contexto le gustó tanto a Tello, que convenció a su mamá para que se viniera a vivir a Cochabamba.
A su llegada, su madre se llenó de orgullo porque se topó con un profesional de éxito que “consiguió todo solo”.
Sin embargo, su permanencia en el departamento fue temporal, porque extrañaba al resto de su familia peruana. “Siempre se escapa una vez al año (de Perú) para volver a Cochabamba”.
TRABAJO
A lo largo de los 24 años que Tello está en el departamento, consolidó la clínica odontológica de mayor tecnología del país.
Emplea a 27 personas, entre odontólogos, recepcionistas, asistentes y protesistas; todos son bolivianos.
La Clínica Odontológica Tello ofrece tecnología tomográfica. “Comenzamos a ver los dientes de los pacientes de forma tridimensional. Había errores que antes cometíamos y que corregimos”.
Actualmente, Tello está innovando con tecnología digital. “Significa que puedo escanear la boca del paciente, hacer coronas, ver si un tratamiento me va a resultar. Puedo hacer ortodoncia invisible, cirugías de implantes sin ningún corte”.
RETORNO
Mientras se formó como odontólogo, Tello visitaba al menos un par de veces Perú, pero ahora lo hace una vez cada dos años, por las responsabilidades que tiene en la clínica.
Transcurrió tanto tiempo de su vida en el país que, como un buen boliviano nacionalizado, Tello tiene sitios turísticos y gastronomía favoritos, aunque dijo que le es difícil escoger entre tanta variedad.
Cuando tiene tiempo, su familia y él viajan al Chapare, “por la comodidad, el clima y porque es cerca (de Cochabamba)”.
Si se trata de gustos, se considera un fanático del sillpancho y el pique macho.
Si bien Tello no tiene familia en Cochabamba, el círculo de amigos que formó lo hace sentir como un compatriota más. “Tengo amigos de la universidad, de la Sociedad de Implantología, la misma clientela. Tengo pacientes que desde que comenzó la clínica hasta ahora me siguen. Son 17 años de trayectoria que me acompañan”.
Mensaje
“Agradezco a la familia boliviana porque me dio la oportunidad de mejorar cada día como profesional y poder hacer una familia y una patria en este país. JAVIER TELLO - ODONTÓLOGO