Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:00

NAUTILUS ECO RESORT

La ciudad de los caracoles marinos

Modernidad. Un complejo turístico autosostenible con estructuras en forma de espiral y edificios giratorios inspirados en moluscos de mar se construirá en los próximos años en Filipinas.<BR>
La ciudad de los caracoles marinos



En la urbanización costera Nautilus Eco-Resort (NER) proyectada para Filipinas por el estudio Vincent Callebaut Architectures (VCA), todo gira, porque algunos de sus edificios serán rotatorios, alrededor de las espirales y las curvas, que se asemejan a los caracoles del mar.

Por algo Callebaut (http://vincent.callebaut.org) ha elegido para este proyecto “biofílico”, es decir que incorpora formas, materiales y elementos de la naturaleza en la arquitectura urbana, el nombre del “nautilo”, un molusco cuya caparazón es una estructura espiralada.

El NER cubrirá una superficie de 27 mil metros cuadrados (m2) en la provincia filipina de Palawan y sus edificaciones alcanzarán una altura máxima de 68,40 metros, también contará con un centro de investigación y aprendizaje científico, escuela primaria, base náutica, sala de deportes, apartamentos y hoteles.

“El NER será un complejo de ecoturismo que pondrá en contacto el conocimiento de los científicos con la voluntad de los turistas interesados en la preservación del medioambiente, para ayudar a revitalizar y proteger un ecosistema amenazado por la degradación, como el de Filipinas”, informa, Aurore Delcourt, asistente ejecutiva de VCA, firma asentada en París.

Según Delcourt, las arquitecturas de este complejo “están inspiradas en las formas, las estructuras y la inteligencia de los materiales y las características que tienen los seres vivos y los ecosistemas de esa región”.

AUTOSOSTENIBLE EN ENERGÍA

“El NER filipino satisfará sus necesidades de energía y alimentos gracias a las renovables, obtenidas de fuentes naturales y la permacultura, un sistema de diseño de asentamientos humanos que no contamina ni agota los recursos del entorno, transformando los residuos en recursos aprovechables”, según Delcourt.

Enrrollado al pie de las colinas en una media luna de arena fina, el NER albergará piscinas naturales y cascadas de jardines verticales y, sus dos entidades arquitectónicas principales, los hoteles en forma de concha y las torres rotativas de apartamentos, incorporarán en sus diseños espirales, basadas en la secuencia numérica de Fibonacci, un símbolo de equilibrio y armonía.

Este complejo, al que se accederá mediante veleros o botes eléctricos con fondo plano para limitar el impacto ecológico de las infraestructuras viales, albergará una isla central con un centro náutico y laboratorios de investigación científica bajo un gran techo vegetal, de acuerdo a VCA.

Se construirá sobre pilotes telescópicos que producirán energía térmica, aprovechando la diferencia de temperatura entre la superficie y las aguas profundas del mar, así como electricidad, aprovechando el movimiento

de las mareas y las corrientes marinas para impulsar turbinas hidráulicas generadoras de corriente, según este proyecto.

Las fachadas y techos combinarán muros vegetales y células fotovoltaicas para mantener la temperatura de los edificios y para optimizar el enfriamiento natural y generar electricidad.

Las aguas de lluvia y residuales se reciclarán biológicamente en “estanques de estabilización de residuos” y los desechos orgánicos se reciclan en biomasa (materia aprovechable para producir energía), según la misma fuente.

“Cada entidad arquitectónica del NER ofrecerá una experiencia específica”, informa Aurore Delcourt, desde París.

Estructura espirales en tierra y mar

Hacia el este, 12 pequeñas torres espirales de diferentes alturas, con tres ramas y denominadas “triskeles” contarán con 162 apartamentos, que ofrecerán vistas excepcionales del paisaje y girarán sobre sus ejes siguiendo el curso del sol, rotando completamente 360 grados en un día, según VCA.

Al oeste, habrán 12 pequeños hoteles-museos con aspecto de caracoles de mar “nautilos” que parecerán emerger del agua y tendrán un sistema de ventilación natural y con forma espiral, llamado “moucharabieh”, el cual llevará un cemento con microorganismos que inducirán la precipitación de carbonatos de calcio, como sucede en la caparazón de un molusco al crecer.

Remarcando los dos grandes muelles espirales dorados, habrán pequeños pabellones situados junto al agua con formas orgánicas de "pétalos", cubiertos con un techo con vegetación, y de "corales" en espiral, inspirados en una forma geométrica curva denominada “superficie de Enneper”, que produce el efecto de borrar los límites entre el interior y el exterior del edificio.

Desde cada uno de los 22 pabellones, los científicos tendrán acceso a los estanques de peces y arrecifes de coral para reinsertar la vida salvaje y vegetal en peligro de extinción.

En el centro de la laguna estarán: el centro de investigación científica y una base de recreación náutica, bajo un marco de madera laminada cruzada o CLT, cubierto con rampas onduladas que se desplegarán como si fueran un gigantesco “origami”, un papel plegado de forma artística creando figuras variadas.

Esta montaña artificial tendrá en sus techos huertas y granjas con productos orgánicos, que abastecerán a los restaurantes del NER, así como dos piscinas de agua de mar rodeadas por los laboratorios científicos además de una escuela primaria, un hogar para niños y pabellones deportivos para los jóvenes, según VCA.

Aventura verde en la  isla filipina de Palawan

De acuerdo a la cronista viajera Marlene Góngora, el sitio destaca por sus aguas cristalinas coloreadas por interminables bancos de coral, finísimas arenas blancas, pequeñas islas montañosas que decoran el paisaje, y un bosque tropical que invita a recorrerlo ya sea a pie o en bicicleta. Así es Palawan, la isla más grande de Filipinas que ha sido reconocida por los viajeros como una de las islas más bellas del mundo.

Un lugar de ensueño ubicado en el sudeste asiático que agrupa un archipiélago de 1.780 islas. Es el sitio ideal para desconectar, descansar y escapar del mundanal ruido. Una visita a este pedazo de cielo resultará, para quien la haga, una escapada maravillosa hacia ningún lugar.

Para llegar a la isla de Palawan es necesario volar a Manila, la capital de Filipinas que, además, da nombre al mango, la fruta más famosa de este paradisíaco lugar. Ya en Manila, hay que coger un vuelo doméstico a Puerto Princesa, la capital de la isla.

Palawan cuenta con numerosos restaurantes y mucha oferta de alojamiento. Desde lujosos resorts a orillas del mar, hasta cómodas habitaciones económicas a pocos minutos de la playa en los que disfrutar de algún masaje relajante. La oferta es amplísima y los precios son asequibles.

Los frondosos árboles y las montañas de la isla resultan un escenario ideal para emprender una larga caminata por sorprendentes rutas, ya sea a pie o en bicicleta; y las hermosas playas prometen puestas de sol increíbles.

Es conveniente darse una vuelta por el museo de las Perlas pues el país es uno de los mayores productores de estas joyas, la oferta de esta piedra preciosa resulta difícil de rechazar.

Al norte de la isla se llega por carretera, el medio de transporte local es el jeepney - camiones de la segunda guerra mundial norteamericanos pintados con llamativos colores - que hacen del trayecto una experiencia única.