Consumir jengibre, ya sea en té o en cualquier otra presentación, es una manera saludable de cuidar la salud y perder peso. Como con todo alimento y remedio natural, es necesario tener cuidado al momento de consumirlo. Esta raíz no es recomendada durante el embarazo y la lactancia, ni para personas con problemas de coagulación sanguínea.

El té de jengibre favorece el control y la pérdida de peso de diferentes formas. Algunas investigaciones sugieren que reduce la inflamación y promueve la sensibilidad a la glucosa. Además, se piensa que interviene en el aumento de los niveles de serotonina (un neurotransmisor) que, entre otras funciones, interviene en el control del apetito, generando una sensación de saciedad.

El consumo de la raíz es útil para bajar kilos debido a sus propiedades digestivas. Los compuestos del jengibre estimulan la producción de los jugos gástricos, fortalecen los músculos intestinales e incrementan las contracciones musculares en el estómago. Todo esto ayuda a que los alimentos se muevan por el organismo con mayor facilidad. De esta manera, se reducen las molestias asociadas a la indigestión, se mejora la absorción de nutrientes y se eliminan los desechos del organismo.

Para preparar el té de jengibre se necesita un poco de la raíz y agua hirviendo. Se puede agregar también algún tipo de endulzante natural como la miel. Se pone a hervir tres tazas de agua, se lava y escurre alrededor de 90 gramos de la raíz de jengibre, se la pela y corta en trozos pequeños. Luego, se coloca el vegetal en una tetera, se agrega el agua hirviendo y se dejar reposar la mezcla durante 10 minutos. Finalmente, se cola el té y se sirve.

El jengibre tiene dos componente, el gingerol y el shogaol, que mejoran el metabolismo porque estimulan el incremento de energía y la oxidación de las grasas.