Uno de los alimentos escenciales en nuestro menú de la época de invierno debe ser la cebolla.

Esta hortaliza que tiene un bajo valor energético y es muy rica en sales minerales, por su alto contenido de vitaminas A y C, puede ser usada para el tratamiento de enfermedades respiratorias y protege al organismo de parásitos e infecciones.

Su alto contenido en vitamina B hace también que sea muy útil contra enfermedades nerviosas y los minerales como el hierro y fósforo la hacen idónea para el tratamiento de la anemia.

La nutricionista y dietista Silvia Sandóval Canedo señala que la cebolla es un alimento con poco aporte calórico ya que su contenido en agua es de alrededor del 90 por ciento .

También contiene fibra y minerales que la convierten en un alimento regulador del organismo.

Otro aspecto destacado es la abundancia de antioxidantes, entre ellos los flavonoides y los compuestos azufrados. Estos últimos son los que aportan a la planta ese olor y sabor tan característicos, comenta la profesional.

Los folatos (o contenidos de vitamina B) que tiene la planta intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

La vitamina E, al igual que la C, tiene acción antioxidante, pero esta última además interviene en la formación de colágeno, glóbulos rojos, huesos y dientes, sostiene. Además de ayudar a curar las infecciones de tipo respiratorio el consumo de esta planta puede combatir la debilidad, afecciones bronquiales, asma, nerviosismo, enfermedades de los riñones, tuberculosis, cólicos nefríticos, diabetes, hidropesía, enfermedades de la vejiga, obesidad, inflamaciones de las articulaciones, impotencia y estreñimiento.

También ayuda a aliviar dolores y a la cicatrización de heridas.



ESPECIES

La cebolla, cuyo nombre científico es allium cepa l, integra la familia de las Liliáceas, que abarca más de 500 especies, tales como las cebolletas, el cebollino y el puerro. Varias de sus especies, forman engrosamientos subterráneos del tallo, conocidos vulgarmente como bulbos, y todas ellas son ricas en aceites esenciales sulfurados muy volátiles y picantes.

Esta planta ha ayudado a curar casi cualquier enfermedad, desde simples resfriados hasta afecciones del corazón, diabetes y muchos otros padecimientos.

La cultura azteca fue una de las que hizo un uso exhaustivo de este alimento, la mayoría de los platillos que prevalecen de dicha cultura tienen a la cebolla como ingrediente fundamental.

“Los expertos creen que debido a las propiedades de la cebolla, esta se ha cultivado durante más de 5000 años”, dice.

Las formas

de consumir

este vegetal para

sanar afecciones

Para combatir los problemas ocasionados por la bronquitis y otras enfermedades de las vías respiratorias es recomendable hervir 25 gramos de cebolla cortada en trozos en medio litro de leche.

La mezcla se deberá ingerir en ayunas por la mañana y 20 minutos antes de acostarse. Si se lo desea puede endulzar con miel de abejas.

Para combatir la tos debe cortar rodajas finas de cebolla morada, ponerlas en un recipiente hondo y agregar tres cucharadas de azúcar. Se debe dejar la preparación toda la noche en reposo y al día siguiente tomarla en ayunas. Ese procedimiento deberá realizarlo a diario hasta que la tos desaparezca por completo.

La gripe puede ser curada con una taza de agua caliente, agregar zumo de limón, una cucharada de miel y una o dos cucharadas de zumo de cebolla. El preparado se lo debe consumir cuatro a seis veces al día en casos muy críticos.