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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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UN TRABAJO POCO RECONOCIDO

Secretaria, la mano derecha de su jefe

Secretaria, la mano derecha de su jefe



26 de abril, Día de la Secretaria. Su labor requiere destreza en las manos y bondad en el corazón.

Hoy la revista Así reconoce el trabajo, la entrega, el compromiso y la dedicación de tres secretarias  destacadas y respetadas.

La palabra secretaria proviene del latín “secretum” que significa secreto, pero no quiere decir “esconder o guardar las confidencias del jefe o jefa, sino de velar por el bienestar de la Institución”, porque en el fondo, el espíritu de la labor de la secretaria es trabajar con esmero, honestidad y nobleza.

Las secretarias son la carta de presentación empresarial, las cuales se convierten en las celosas guardianas del tiempo de sus superiores; de esta manera, ellos podrán estar más concentrados en la toma de decisiones empresariales, del resto se encargará su brazo operativo.

Este martes 26 de abril las secretarias en Bolivia festejarán su día, gracias a la aprobación del Decreto Supremo 16377, en 1979. La fecha tiene su origen en el “Día de la Secretaria Interamericana”, acordada en memoria del primer Congreso Interamericano de Secretarias, que se realizó el año 1970, en la cual se fundó la “Federación Interamericana de Asociaciones de Secretarias” (FIAS).

Orgullosa secretaria

Desde hace 25 años, María Asunta Morón Pereira de Torres ocupa el cargo de secretaria del Rectorado y la Dirección Académica de la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba,

Su historia laboral se inició cuando tenía 15 años, a causa de su situación económica; por eso buscó trabajo.

“Yo trabajaba por las mañanas como auxiliar de oficina, por la tarde estudiaba en el Liceo de Señoritas Bolivia y en mi último año de colegio, en turno nocturno, estudiaba “Secretariado Comercial en el Instituto Técnico”, asegura María Morón Su principal motivación era terminar el colegio e inscribirse en la universidad; pero, a la vez tenía que trabajar para mantenerse, puesto que ya no vivía con sus padres.

Como era su sueño, al terminar el colegio ingresó a la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Mayor de San Simón, pero el presidente Hugo Bánzer Suarez cerró las universidades temporalmente y ella volcó su esfuerzo al trabajo.

Su primer trabajo fue la empresa Sigma Ltda., posteriormente en Senar de Quillacollo y luego en Conan Ltda.

Al poco tiempo se presentó la oportunidad de ingresar como cajera en el Banco Central de Bolivia y allí fue haciendo una carrera administrativa, hasta llegar a encargarse de las planillas y otros asuntos en la Dirección Administrativa.

“Ahí volví a la universidad, pero nuevamente el gobierno de Luis García Mesa volvió ordenar el cierre de las universidades”, recuerda Morón, y para no perder más tiempo decidió estudiar -durante cuatro años- para Contador General en el Instituto Bancario.

Durante ese periodo, María contrajo nupcias con Ronald Torres Claure en 1985; pero en 1987 el Banco Central de Bolivia cerró su actividad.

María ya tenía cerca de 30 años -estaba gestando a su primer hijo- y quedó desempleada. Por lo tanto, se dedicó a criar a su hijo Ronald y luego, esperar la llegada de su hija, Lucía.

“Un día vi en el periódico el requerimiento de una secretaria para institución educativa y me presenté”, recuerda Morón. Ella dio su examen de competencia y durante la entrevista se enteró que trabajaría para la carrera de Comunicación Social; comenzó sus funciones en 1991. “Nunca me arrepentí de tomar la decisión de haber estudiado esta noble profesión, -que lamentablemente no es reconocida en toda su dimensión-, porque ser secretaria no es simplemente mecanografiar”, enfatiza.

En estos 25 años de labor en la Universidad Católica Boliviana, María cumplió su anhelo de obtener su licenciatura en Antropología.

Aunque para esta profesional la jubilación aún la siente lejana, ella sigue estudiando para reforzar sus conocimientos, porque solo así se mantiene vigente en la institución.

Administración pública

Este 28 de junio Ana María Araníbar Arnés, de 62 años, cumplirá 40 años de carrera municipal. Toda una vida para una mujer que ingresó con la idea de que sería un trabajo temporal. 

Ella nació en Mizque en 1954 y sus primeros años de formación de primaria los realizó en la escuela “Eufronio Vizcarra”; posteriormente, sus padres la mandaron a Cochabamba para que realice sus estudios secundarios.

“Finalicé mis estudios en 1975 en el Liceo Bolivia. Tenía la ilusión de estudiar magisterio, pero las cosas se complicaron y no pude. Así que me vi en la necesidad de buscar un trabajo”, señala Araníbar.

Luego de un breve periodo de búsqueda laboral, en 1976 inició sus funciones en la Alcaldía; posiblemente las exigencias propias de su trabajo fueron las que la llevarían a inscribirse en el Instituto Técnico Superior, -que funcionaba en las cercanías a la Plaza Principal- para estudiar secretariado; sin darse cuenta, ya en aquel entonces, Ana María se había enamorado de su profesión, por lo cual buscó un centro de formación más exigente y se inscribió en los cursos de Secretariado Ejecutivo en el Instituto “Álvarez Plata”, donde obtuvo su título.

“Era un año muy exigente, puesto que yo trabajaba mi jornada laboral y de ahí salía a estudiar”, relata.

Ella se enorgullece de reconocer que la Alcaldía Municipal es su única fuente laboral. En estos 40 años trabajó junto a varios alcaldes en diferentes gestiones municipales, entre los que puede destacar Humberto Coronel Rivas, Mario Benavides, Alicia Saavedra, Rocío Luque, Manfred Reyes Villa, entre otros y recientemente con José María Leyes.

Ana María Araníbar inició su labor en el Departamento de Higiene Pública, dependiente de la Intendencia Municipal; posteriormente, ocupó otros puestos como la Dirección de Planificación, las Oficialías Mayor Técnica, de Coordinación, de Medio Ambiente y nuevamente, la Secretaría de Planificación.

Este cargo lo mantiene hasta la fecha, del cual pretende jubilarse.

“Las secretarias debemos realizar ciertas actividades elementales e imprescindibles para nuestros superiores. Mi padre fue la persona que me enseñó los pilares de un buen profesional, respeto, integridad, compromiso”, asegura Araníbar.

Durante estos años, Ana María trabajó para mantener y criar a su hija, Gabriela, que ahora ya tiene 24 años. “Estoy muy orgullosa de mi labor y todo lo que soy ahora; lo que realicé en mi vida es el fruto de mi profesión”, finaliza Ana María.

COMPROMISO Y RESPONSABILIDAD

Lourdes Cinthia Zamorano Solís es la secretaria de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) desde hace 33 años.

Ella nació y creció en Cochabamba, luego de egresar del colegio Anglo Americano, en 1975 su familia se fue radicar a Panamá, ya que su padre era el nuevo gerente del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) en ese país.

Allí, ingresó al “Instituto Justo Aroce Mena” para estudiar Comercio Bilingüe. Una vez graduada como bachiller técnico en 1979, Lourdes cumplió su sueño de retornar a Bolivia.

En 1980 comenzó a trabajar como traductora de un médico acupunturista oriental; a los dos meses fue invitada para trabajar en la empresa “Alke & Cia”, como secretaria del departamento de Publicidad; posteriormente ingresó a las planillas de “Chávez e Hijos”; pero en 1984 cambiaría su vida radicalmente cuando fue seleccionada para ingresar a ASOBAN, cargo que cumple desde hace 32 años.

“Tenía 21 años cuando comencé a recorrer este camino y era una gran responsabilidad, porque el rol de una secretaria es supervisar y coadyuvar al trabajo del jefe inmediato, hay que organizarle su agenda, ver que todo salga bien en los eventos sociales y protocolares; y en casi todo, puesto que la secretaria está calificada para poner orden en la institución”, enfatiza.

Lourdes está convencida de que la secretaria es la persona leal al jefe, que tiene un gran respeto hacia su superior, pero sobre todo a la institución.

En la vida personal, Lourdes se casó en dos oportunidades y frutos de esas uniones son sus hijos: Walter Zambrana Zamorano, Nicolás y Camila Casis Zamorano.

Actualmente, las funciones de esta secretaria o asistente de Asoban se ampliaron; ahora también se encarga de la parte administrativa, recursos humanos, área contable, protocolo y ceremonial y otras funciones de oficina.

Para esta profesional no hay tiempo de pensar en la jubilación, puesto que aún desea trabajar por muchos años más; por lo cual siempre está en busca de actualizaciones o capacitaciones para su rubro, de esta manera se mantiene vigente y podrá seguir respondiendo con prontitud y eficacia sus obligaciones laborales.

Para finalizar, es importante recordar que las secretarias no solo redactan documentos y asisten a los jefes, su labor es mucho más que eso, y es bueno reconocerlo.