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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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IMPORTANTE HALLAZGO

La NASA encuentra a un “primo lejano” de la Tierra

La NASA encuentra a un “primo lejano” de la Tierra



Hace 10 días, la NASA anunció que su satélite Kepler identificó un nuevo planeta que, por sus características, bien podría calificarse como un primo de la Tierra, más no su igual.

LA TIERRA: UN CUERPO ÚNICO

En medio de la inmensidad del espacio, la Tierra es una burbuja capaz de proteger la vida frente a las duras condiciones del exterior. Por una parte, porque el campo magnético terrestre se comporta como un escudo que bloquea la radiación solar más dañina. Y, por otra, porque la atmósfera es capaz de filtrar otra porción de estos peligrosos rayos y evitar que una importante parte del calor procedente del Sol “rebote” hacia el espacio. Aparte de esto, gracias a que el aire y el agua pueden amortiguar las fluctuaciones de temperatura, son capaces también de suavizar los cambios provocados por las estaciones y la transición de los días y las noches. Y cuando se desciende al nivel microscópico en medio de este delicado equilibrio, el agua

líquida permite que las moléculas vitales se organicen en células, y éstas a su vez en complejos organismos.

Lo cierto es que hasta ahora el ser humano no ha descubierto ningún otro lugar capaz de reunir estas características tan peculiares y de cobijar formas de vida similares a las terrestres. Pero, dado que se estima que la Vía Láctea puede estar habitada por 100 mil millones de estrellas y por un número aproximado de 40 mil millones de planetas, hace tiempo que científicos decidieron que merecía la pena buscar cuerpos similares a la Tierra más allá del Sistema Solar, y que reciben el nombre de exoplanetas.

LA MISIÓN KEPLER

Se trata de una misión espacial del Programa Discovery que comenzó el 2009 en la sede de NASA; busca detectar planetas similares al nuestro.

El proyecto ya encontró casi 4.700 candidatos a exoplanetas, pero todos ellos deben pasar pruebas posteriores para ser confirmados dentro de esta categoría. David Barrado, astrofísico en el Centro de Astrobiología

(INTA-CSIC), adelanta que en los próximos años se lanzarán varios satélites y que se abrirán nuevas instalaciones en tierra, como el Carmenes, en el Centro Astronómico Hispano Alemán, que mejorarán la capacidad de observación y la velocidad con que se confirman estas “candidaturas” a exoplanetas. Con todo, el astrofísico alerta que es imposible que alguna vez pudiéramos llegar hasta ellos.

60 por ciento más grande



Kepler 452-b es 60 por ciento más grande que la Tierra, por lo que su gravedad sería dos veces la nuestra.

Su tamaño permite a los científicos suponer que el planeta es rocoso, probablemente con una atmósfera más densa y con una importante concentración de volcanes activos.

Ingeniosa pero limitante técnica



El satélite Kepler explora la Vía Láctea monitoreando la luz de las estrellas durante varios años para detectar pequeñas pérdidas de brillo en ellas, producidas por el “fenómeno de tránsito (cuando un planeta pasa delante de “su sol” y tapa parte de la luz de este). Así, además de detectar su presencia, se puede averiguar el tiempo transcurrido entre dos transiciones sucesivas (cuánto duran los años de ese planeta) y qué masa tienen. La desventaja de este método es que solo permite encontrar planetas

cuya órbita está situada de canto respecto a la Tierra, porque en otros casos nunca “taparán” su estrella y los telescopios no podrán detectarlos.

EL MISTERIO DE KEPLER 452-b



El 23 de julio, la NASA anunció el descubrimiento de Kepler 452-b, un exoplaneta a 1.400 años luz de distancia, el primero de un tamaño similar al de la Tierra y con indicios de tener agua en su superficie.

"Este es un paso adelante en la búsqueda del Grial, que es encontrar un planeta de tipo terrestre que tenga unas condiciones similares a las que disfrutamos en la Tierra”, explica David Barrado, para quien, en comparación con descubrimientos previos, la novedad de este

hallazgo es que, además de tratarse

de un planeta parecido en tamaño

a la Tierra (calculan que es un 60 por ciento más pesado), “podría tener agua líquida en la superficie y además está junto a una estrella que es como un primo del Sol, porque tiene unas características muy similares”. Tal

como dice, aunque hace ya varios años que los trabajos de cartografiado de la Vía Láctea han ido añadiendo nuevos exoplanetas a los mapas, solo unos pocos tienen un tamaño parecido al terrestre, y pocos de ellos están cerca de estrellas parecidas al Sol con las características necesarias

para albergar agua, (aunque la misión haya confirmado la presencia de 1.030 exoplanetas, solo 12 tienen estas propiedades).

Pero, tal como explica Héctor Socas, investigador titular en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), hay motivos para ser cautelosos: “Suena muy espectacular hablar de la zona de la habitabilidad, pero en realidad no hay que confundirse, puesto que esto solo quiere decir que no es imposible que haya agua líquida en la superficie, no que la haya”.

De hecho, recuerda que tanto Venus

como Marte están situados dentro de la zona de habitabilidad del Sol, pero no tienen agua líquida debido a sus hostiles características.

Además, algunas particularidades podrían provocar que algunos planetas tuvieran agua aun estando fuera de la zona de habitabilidad: “Un planeta puede ser frío en la superficie

y tener procesos de vulcanismo capaces de derretir el hielo de agua”.

Por ello, una vez descubiertos los exoplanetas en una zona habitable, es necesario analizar su composición y su atmósfera para dilucidar la presencia de agua, pero según Barrado, para ello se requieren “técnicas que hoy no son accesibles”.

Así que una cosa es decir que no es imposible que Kepler 452-b tenga agua

en su superficie y otra que la tenga. Para eso aún hay un largo camino por recorrer.