Lento, lento... como un caracol

Mensajes.

Detalles claves

PAULINA GONZÁLEZ

LUN

Dicen que más fácil pillar a un mentiroso que a un

ladrón, pero lo desafiamos a hacer lo mismo con WhatsApp. Tal asunto alcanzó ribetes académicos, ya que un estudio realizado

por la Universidad Brigham Young, localizada en Utah, Estados Unidos reveló cómo podemos descubrir embusteros. “Los humanos pueden detectar las mentiras el 54 por ciento del tiempo con precisión. Es casi como tirar una moneda al aire. Es aún más difícil cuando alguien está mintiendo a través de un mensaje digital, porque no se puede escuchar la voz u observar una expresión”, dice Tom Meservy, profesor de Sistemas de la Información de la Universidad Brigham Young y uno de los líderes del grupo.

EL EXPERIMENTO

Los investigadores de Utah, en conjunto con expertos de las universidades de Arizona y de Nebraska, crearon un programa informático para conversar en línea, parecido

a un chat.

Luego 100 estudiantes

participaron y se les pidió responder 30 preguntas,

pero tenían que mentir el 50 por ciento de las veces.

Descubrieron que hay tres conductas sospechosas habituales entre los que no están diciendo toda la verdad:

tarda más en responder,

edita más mientras escribe (borra y reescribe) y además, sus mensajes son más cortos que si dijera la verdad.

Lento, lento...

como un caracol

Ponga ojo si la persona se demora mucho en responder, si aparece “escribiendo” mucho rato o si los mensajes son demasiado breves.

A quién no le ha pasado que espera una respuesta en WhatsApp y al otro lado se demoran y se demoran, hasta que viene de vuelta un simple monosílabo. Si esto sucede, lo más probable es que le estén mintiendo.

Los especialistas descubrieron que los participantes del estudio se demoran 10 por ciento más en redactar respuestas falsas. “Es un dato coherente con lo que se ve

en neurociencia en torno a la energía que gasta la gente en decir la verdad o mentir. De los mensajes que tienen que ver con la verdad se ocupa un área del cerebro que es el recuerdo, por lo mismo son más concretos y directos. Cuando la gente miente tiene que utilizar áreas del cerebro que tienen que ver con la creatividad y el gasto energético es mucho más alto”, analiza el psicólogo experto de competencias digitales Miguel Arias.

Escribiendo, escribiendo...:

si la persona que está al otro lado del teléfono edita demasiado tiempo sus mensajes, y usted lo nota porque aparece “escribiendo, escribiendo...” eternamente, puede que estén buscando la manera para engañarlo. “Estamos identificando señales emitidas por los individuos que no son fácilmente reconocidas por otros. El potencial de nuestro sistema es que podría rastrearse el engaño en tiempo real”, rescató Tom Meservy.

Chao a la faceta poética:

Si antes solían mandarle mensajes largos y, de repente, cambiaron la faceta poética para mandarle respuestas mucho más cortas de lo habitual ponga atención, porque también fue un patrón detectado por los expertos.

“ Desde el punto de vista de la teoría de la comunicación, lo redundante delata a las personas cuando están mintiendo. Una de las estrategias y uno de los comportamientos que se observan en las personas para evitar esto es recurrir a respuestas breves”, señala Óscar Jaramillo, profesor del Instituto de Comunicaciones y Nuevas Tecnologías de la Universidad Mayor.

Preguntas directas, buena estrategia

Una idea que recomienda Miguel Arias para pillar

al mentiroso es realizar

preguntas al callo.

“La mitad de la verdad también puede ser mentira. Por ejemplo, si el enamorado le dice a la chica “sí, mi amor, ayer me fui a dormir”, pero no le dice a dormir a las cuatro de la mañana.

En WhatsApp hay que pedir información contextual y completa, porque es muy fácil esconder parte de la verdad. La pregunta debe ser precisa”, recalca el psicólogo y fundador de Serdigital.cl

Malos entendidos:

Aunque Tom Meservy asegura que “no se puede asumir automáticamente que nos están mintiendo, porque hay que recolectar más datos”, sabemos que cuesta harto menos hacerlo vía mensaje. Carlos Livacic, sociólogo de la Universidad San Sebastián, ratifica que “ es fácil mentir o cambiar las cosas a través de las redes sociales porque nadie te ve la cara. Son relaciones instantáneas, pero no personalizadas”.



“Las conversaciones digitales son un terreno que fomenta el engaño, porque las personas pueden disimular y hacer que sus mensajes parezcan creíbles”, añade Tom Meservy, profesor de sistemas de la información y coautor del estudio que publica la revista ACM Transactions on Management Information Systems.

Por esta razón, Meservy,

sostiene que en un futuro

se podrían crear sistemas

de conversación capaces

de detectar mentiras en tiempo real.

En cuanto a la influencia de las redes sociales en las relaciones de pareja, un estudio reciente de CyberPsychology and behaviour Journal de los Estados Unidos sostiene que ya se contabilizan 28 millones de rupturas por culpa de plataformas como WhatsApp o Facebook.

En este sentido es importante recalcar las posibles consecuencias de la utilización de redes sociales o plataformas tecnológicas.