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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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RESEÑA DE PUNTO G. AMOR CON HUMOR… SE PAGA (ED. KIPUS), NUEVO LIBRO DEL ESCRITOR COCHABAMBINO GONZALO MONTERO LARA, ILUSTRADO CON VIÑETAS DE RAMIRO ORTEGA Y YA EN CIRCULACIÓN EN LIBRERÍAS.

El humor y el punto del placer (El punto G)

El humor y el punto del placer (El punto G)



Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha buscado un punto en su ser organísmico que le posibilite el máximo de placer. Se ha nominado a Eros como el guardián de la zona que más produce placer en el cuerpo de los humanos. A Eros se le ha rendido pleitesía para que emerja el placer en el tonus de la sexualidad. Sin embargo, muchos han olvidado a Bes, Dios del humor, quien también ha estado estimulando el pleno goce humorístico desde la época de los faraones. Asimismo, se menciona que en Grecia el humor era parte importante de la vida social. En el templo de Heracles, en Atenas, se reunían el grupo de los 60 para producir humor.

En nuestro medio, el humor ha sido siempre el pan de cada día. En la época de los incas, la realeza y el pueblo se divertían cantando, a través del wawaki y la qashwa se representaban las emociones, las alegrías y las tristezas. Estos poemas líricos dieron origen a las coplas donde el humor está presente para alegrar y divertir. Hoy los takipayanakus resuenan en la mente y en el corazón de aquellos que saborean del humor inmerso en cada copla. Asimismo, apodos, rimas y dichos pronunciados en quechua, español y quechuañol enmarcan el humor intrínseco a la naturaleza del cochabambino.

En este ámbito, emerge la chispa de Gonzalo Montero Lara que, con su libro de humor Punto G, no solo retrotrae la esencia cómica del quechua, sino que también le da un matiz criollo al humor valluno. Asimismo, su humor es para todo público, no solo nacional, sino también internacional. Están todos los estratos sociales considerados; un poco más los escritores y los médicos, por afinidad lúdica y vivencial. Igualmente, están los políticos, los maridos y sus esposas, los jóvenes desde los dos a los 90 años, los estudiantes, los militares, los profesionales de toda índole, los cholos y las cholas, los deportistas, los curas, los sexólogos, etc. Igualmente, Montero resulta prolijo en la invención de nuevas palabras para “exprimir” el humor del lector.

En la molienda del humor de Montero, todos ingresan y salen “pulverulentos”: llenos de gracia y llenos de chiste. En el humor nos igualamos y vamos por la calle de la igualdad, y Gonzalo Montero hace humor de todos y de todo. Conforme señala Kierkegaard, el humorista, andando inmerso en la multitud, consigue ver la compleja maquinaria que le rodea, y se da cuenta de los absurdos de la existencia. Además, señala este filósofo que tanto el humor como el humorista se dan las manos en un combate tenaz en contra del egoísmo. En ese contexto, con Punto G, Montero es dadivoso y coloca su humor al servicio del placer… humorístico.



Escritor, psicólogo y presidente del PEN-Cochabamba - [email protected]