El documental boliviano, dirigido por Sergio Bastani, se estrenará este jueves 5 de mayo, en el cine Center de Cochabamba y en otras salas comerciales de las  principales ciudades del país.

Antes de comenzar, quiero aclarar que soy distribuidor de la película Our Fight, lo que puede ser una contradicción respecto a este abordaje crítico. Sin embargo, vale la pena aclarar que mi oficio está muy lejos del concepto de distribuidor mercantil; en cambio se enmarca dentro del ámbito del ejercicio de la crítica, la programación y la cinefilia, por lo que vale la pena aclarar que cada filme que es estrenado o circulado desde Yaneramai Films responde a estos principios. Por lo tanto Yaneramai fija como prioridad el valor cinematográfico antes que cualquier otra cosa al momento de representar un filme para ponerlo a consideración del público.

Our Fight, del director tarijeño Sergio Bastani, llega con algunos años de retraso a la cartelera comercial boliviana. Los motivos son varios, pero el más importantes es la falta de pantallas para que el cine boliviano pueda circular y competir en las mejores condiciones posibles. Así y todo es una obra fresca, que tiene algo que decir y, sobre todo, que nos muestra la buena salud profesional por la que atraviesa un segmento de la nueva generación de cineastas bolivianos.

La premisa en sencilla: hacer el seguimiento de dos boxeadores (Jennifer Salinas y Elias Roca) en su diario vivir y preparación deportiva previa al combate que definirá el futuro de ambos peleadores. Bastani decide sumergirse en la vida íntima de los personajes, ambos separados por condiciones socioculturales, económicas y geográficas; Salinas desde los Estados Unidos y Roca desde Tarija.

Bastani apuesta por humanizar a los protagonistas. No le interesa entrar al juego mediático sensacionalista, algo importante considerando sobre todo la fuerte presencia que tiene Jennifer Salinas en el mundillo de la fama criolla, algo que podría haber atrapado el filme en la imagen de esta deportista. Sin embargo, el director logra zafarse y construye un retrato equilibrado donde nadie brilla más que el otro.

La cámara es un intruso que irrumpe en la vida de los luchadores, pasea por los domicilios, por los gimnasios, el ring, se acuesta en la cama, se mira en el espejo del baño, hace una oración, juega con los niños, se sienta en un micro, va al mercado y celebra un cumpleaños, entre otras cosas. Básicamente, eso es Our Fight, una película que se construye a partir de lo simple, lo cotidiano. No por ello es carente de emoción. La propuesta logra a partir de esa simplicidad crear una narrativa llena de emociones y tensiones que hacen que el filme no pierda fuerza en ningún momento y atrape la atención de quien lo ve. Hace poco escuché denominar al filme como un docu-reality, neologismo acertado para entender la propuesta.

El filme fue acusado de varias cosas entre algunos colegas del medio cinematográfico que tuvieron la oportunidad de verlo. Una de esas acusaciones se refiere a que es un filme plano, que no asume riesgo alguno, que es condescendiente con sus protagonistas y con quien lo ve. Discrepo de estas apreciaciones, porque una obra es lo que su autor se propone. Lo que se buscó con Our Fight es lo que se consigue. No hay más pretensión de lo que vemos ahí, ni intenciones creativas ni de autor frustradas; en realidad, es una película redonda que logra construir y mostrar lo que quiere. En este sentido, pedir a una obra lo que no es carece de legitimidad intelectual. Ahora, lo que no se puede desconocer es que nos encontramos ante una película light, entendido esto como un filme más de fórmula que autoral, o para el caso, autoral pero siguiendo ciertas reglas de fórmula.

Se apuesta por la típica estrategia hollywoodense del american dream, que funciona muy bien con el público y que consiste en el clásico lucha y vencerás. Aquí yo también podría acusar al filme de plano y oportunista, pero Bastani da vuelta de tuerca y juega con los recursos para no caer en el panfleto moralista, logrando, aunque superficialmente, introducir en el filme lecturas socioculturales a partir del abordaje paralelo que hace de sus protagonistas. Quizá no es la mejor manera y la obra podría haber sido mucho más incisiva en este aspecto, pero funciona y es lo que importa.

Our Fight, por su parte, es un ejercicio cinematográfico y eso está claro desde la primera secuencia: Bastani muestra su habilidad, conocimiento y talento como director, mostrándonos que estamos ante un cineasta de calibre con cosas muy buenas por venir dentro de la cinematográfica boliviana.

La película tiene otro elemento que llama la atención y es el trabajo de Marco Sanzetenea, productor de la obra, lúcido profesional enfocado en un tipo de cine que puede gustar o no, pero que es válido y necesario si se quiere hablar de una industria cinematográfica y que, desde ya, debería ser tomado en cuenta por cualquier cineasta que busque desenvolverse en un cine de corte comercial.

Our Fight es una propuesta pequeña, inteligente y entretenida que viene a engordar de buena manera la cinematográfica nacional y visibilizar el trabajo de excelentes profesionales del medio.

Crítico y distribuidor de [email protected]

Sinopsis

Our Fight examina las vidas de dos boxeadores latinos en su lucha por avanzar en el mundo competitivo del boxeo: Jennifer Salínas y Elías Roca. Es la historia de estos dos luchadores bolivianos únicos y diferentes, pero que siguen el camino hacia el éxito y la realización personal.

Ficha técnica

Título original: Our Fight

Duración: 70 min.

País: Bolivia – Estados Unidos

Director: Sergio Bastani

Guión: Marco Sanzetenea, Sergio Bastani

Reparto: Elias Raul Roca Ortega, Jennifer Salinas

Productora: Angry Llama Productions

Género: Documental / Deporte. Boxeo

Ventas y distribución: Yaneramai Films

Biofilmografía del director

Sergio Bastani (Houston, Tx. 1983) creció y se crío en Tarija, Bolivia. Es Licenciado en Comunicación Social (UCB) con una especialización en Dirección y Producción de Cine (New York Film Academy). Desde hace mas de 10 años trabaja como director y productor de documentales, cortometrajes y comerciales. Ha trabajado en producciones nacionales e internacionales, entre ellas: La Colonia (2015); Boliwood (2015); Our Fight (2013); Rojo Amarillo Verde (2010), película coral, de la que escribió y dirigió el segmento Amarillo (2010); “El jardín de las rubias”(2008). Actualmente se encuentra desarrollando su primer largometraje “El pasado y todo lo perdido” como parte de Taller de Desarrollo de Ideas de Ibermedia.