El director y dramaturgo cochabambino es uno de los referentes indiscutidos del teatro boliviano actual. Director y fundador del emblemático Kikn Teatr, su obra ha estado desde un principio vinculada a la innovación y la vanguardia. Excéntrico, intelectual, hermético, ininteligible, son algunos de los adjetivos que se ciernen sobre su trabajo, pero también podría hablarse de él como el creador de una propuesta arriesgada, mordaz, necesaria.

En su carrera ha llevado a escena más de 55 obras, 30 de ellas creaciones originales, con 22 textos de su autoría, y ha sido premiado en incontables oportunidades en festivales dentro y fuera del país. Aramburo, además, combina su faceta creativa con la de la enseñanza y la promoción de nuevos valores y nuevas formas de hacer teatro en Bolivia. Este año, por ejemplo, ha dictado ya dos talleres en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, uno dedicado a la dirección teatral y el otro a la actuación.

Muy vinculado a las artes visuales y performáticas, el cochabambino nutre sus creaciones, en algunos casos, apropiándose de textos y arquetipos universales, dotándoles de las particularidades que obedecen a sus necesidades y las de su contexto. Entre las más recientes puede encontrarse Romeo y Julieta y Hamlet de los Andes, adaptaciones de Shakespeare que han sido trabajadas desde la traducción y cuyos parlamentos han sido intervenidos y completamente transformados, convirtiéndose en objetos artísticos vivos, locales y actuales.

Hamlet de los Andes, montada en colaboración con el también reconocido elenco chuquisaqueño Teatro de los Andes, ofrece una lectura de “las dudas existenciales de un ser que no sabe si ir hacia adelante o hacia atrás, en relación a su propia identidad, y que -en ese trance- pierde su inocencia y se pierde a sí mismo hundiéndose en el alcohol”, comenta Aramburo. Por tanto, “la reescritura y dirección tienen como base una visión de aspectos que constituyen reflexiones sobre ‘las distintas Bolivias’ del presente”, acota. Este trabajo le ha merecido múltiples galardones y críticas favorables dentro y fuera del país. Sin ir más lejos, el pasado año recibió en Argentina el premio a mejor Espectáculo Extranjero en la XVII Entrega de Premios Teatro del Mundo, y desde el pasado viernes se presenta en Australia dentro la programación del Tasmanian International Arts Festival 2015.

Por su parte, Romeo y Julieta, cuenta Aramburo, “trae la tragedia de un amor prohibido y signado por prejuicios sobre el otro, los jóvenes y la gente urbana; además de cuestionar temáticas como el cinismo y el contexto en el que se ‘adolesce’ el romance en nuestros tiempos”. También premiada en múltiples oportunidades, en 2014 se hizo del Premio Nacional de Teatro, y con varias giras fuera de nuestras fronteras, esta obra será exhibida hoy a las 20:00 hrs. en el Proyecto Martadero (C. 27 de Agosto esq. Ollantay). Cabe mencionar que el costo de esta función es subvencionado y, por ende, las entradas tendrán un precio inferior al habitual. Una oportunidad que no puede desaprovecharse.

Dentro la apretada agenda de Kikn Teatr también se inscribe La Santa Cruz de Sade. Es el estreno más reciente de Aramburo y en el que vuelca su mirada hacia el otro lado del país, el oriente boliviano. Al referirse a ella, nos comenta que “prácticamente es la ‘hermana camba’ de Morales, la anterior obra que estrené”. Según su autor, “ambas muestran aspectos de la Bolivia festiva que intenta superarse y reinventarse, que se mira a sí misma críticamente en los prolegómenos de festejarse”. Su estreno ha despertado polémica en la capital cruceña y el comentario del público se ha dividido rápidamente entre loas y diatribas.

Es ese el arte que le interesa al cochabambino, el que incomoda e interpela y que converge hacia una veta introspectiva y acaso solidaria: la necesidad de reflexionar sobre lo que somos para compartir esas experiencias, sensaciones y conocimientos con el otro.

Aramburo, respecto a su trabajo, añade: “El éxito, la repercusión y las expectativas cada vez mayores -fuera de Bolivia- sobre el trabajo escénico que vengo proponiendo en el país, da noción de la importancia de la actividad intelectual, cultural y artística que han adquirido nuestras culturas nacionales (plurinacionales), en el mundo. Además dan clara muestra de que es el momento indicado para invertir más en el pensamiento y obra que venimos desarrollando. Incluso, podemos enseñar a los demás sobre muchos temas que son parte de nuestro saber y hacer particular; ojalá nuestras autoridades culturales y los propios artistas seamos capaces de leer esto y, dejándonos de miopías cortoplacistas, aprovechemos el momento de la mejor forma para poner a Bolivia en el sitial que le corresponde”.

Un llamado importante y urgente a todos los que componen el universo artístico nacional.

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