Salay nació en Jaihuayco y no tiene fronteras
Un grupo de amigos del sector de Jaihuayco, zona sur de la ciudad de Cochabamba, dio inicio, hace 31 años, a una fraternidad folclórica que incluyó la creación de un nuevo ritmo, el salay.
Jaihuayco tiene, entre sus características, la historia de héroes poco conocidos, pero que fueron importantes en las batallas contra el yugo español. Es el primer barrio de la zona sur, según cuentan los vecinos. Y, entre otras peculiaridades, es también el lugar donde nació parte de la cultura cochabambina y nacional expresada en la danza del zapateo y el enamoramiento.
En la actualidad, el ritmo atrae a miles de bailarines. Los compositores apuestan por el salay para ponerle ritmo a sus letras.
El 15 de mayo de 1987, aquel grupo de personas creó la Fraternidad Artística y Cultural Salay Cochabamba. Se les atribuye a ellos el nacimiento de la danza. La fraternidad inició con 34 integrantes, ahora hay como 800, sin considerar las filiales en varios lugares del mundo.
El director de Culturas y Turismo de la Gobernación de Cochabamba, Uvaldo Romero, expresa que esta danza es una variación del huayño, que incluye alegría y zapateo; y el salaque, que es una variación del huayño que se baila en época de la fiesta de Carnaval.
El salay está caracterizado por su variedad de zapateos, con pasos básicos y combinados, la vestimenta que representa a los qhochalos y la música contagiosa que prolifera a través de la inspiración de una serie de grupos musicales.
Los fraternos de Salay Cochabamba explican que esta danza se caracteriza por el zapateo, que fue recopilado de varias provincias de Cochabamba y también de otros departamentos del sur de Bolivia. El ritmo es alegre y expone el coqueteo, el galanteo en pareja. El zapateo tiene cambios en la intensidad, dependiendo de la música.
Recuerdan que la danza nació en fechas cercanas a la festividad patronal de su zona, San Joaquín, que se conmemora a fines de agosto. “San Joaquín también es una de las entradas más antiguas de Cochabamba y la más grande de Cercado”.
Sin embargo, su primera presentación fue antes, en la segunda promesa de la festividad de la Virgen de Urcupiña (Quillacollo).
Uno de los bailarines de Salay Cochabamba y estudioso de la danza, Félix Torrico, recuerda que se inscribieron a la Asociación de Fraternidades Folclóricas de Urcupiña.
La treintena de miembros de la fraternidad ingresó entonces con música grabada.
“Entramos con una camioneta Chevrolet con altoparlante. No había banda y era con esa canción del grupo musical Los Masis, Salay (Ojos negros traicioneros, salay…)”.
En 1987 comenzó la festividad de Guadalupe, en Chuquisaca; y la de la Virgen del Amparo, en Sacaba. Fueron una de las 10 fraternidades invitadas para las entradas.
Un año después, apareció el Salay Parotani. Para diferenciarse en el nombre, la primera fraternidad se consolidó como Salay Cochabamba.
El nombre no respondía a un ritmo, sino simplemente a la palabra utilizada en una de las interpretaciones de Los Masis.
Averiguar el significado de “salay” incluyó viajes a Sucre y el encuentro con los integrantes del grupo musical en un festival. Entonces, supieron que “salay era un piropo”, algo así como “viditay”.
Con el paso del tiempo, fue asumiéndose como el nombre de la danza.
El contagioso ritmo zapateado del salay dio paso, un año después, a una nueva fraternidad. El 21 de septiembre de 1988 nació, en Villa Pagador, Distrito 14 también en la zona sur de la ciudad, Salay Valleymanta.
El presidente de esa fraternidad y también uno de los fundadores, Hugo Mamani, relata que junto a sus amigos de barrio optaron por el salay, para hacer algo diferente. Fue una de las primeras fraternidades que llevó esta danza a la conocida entrada folclórica de Oruro. “Nos reunimos por la cultura. Queríamos hacer algo distinto a los ritmos ya conocidos. Nunca pensamos llegar a tanto”.
Empezaron 15 y hoy cuentan con alrededor de 300 fraternos.
Si bien el ritmo ya existía, cobró su máxima expresión años después
El “Corazoncito” del grupo Sumaya Andina se lanzó en 2013. Esta composición cautivó a cientos para ser parte de la danza.
El mismo año, el 8 de diciembre, nació la fraternidad Salay Bolivia.
Comenzó con tres parejas y se convirtió luego, en uno de los principales promotores de esta danza. Su incursión fue en la entrada universitaria en Cochabamba.
Una de las fundadoras de esa fraternidad, Flor Solares, recuerda que el objetivo era, en principio, conformar un ballet, pero fueron más allá. Ahora, tienen 47 filiales, con un total de 7 mil integrantes en todo el mundo.
“Esta danza, que tal vez estaba olvidada en un momento, actualmente está de moda en todo lado”.
El presidente de Salay Valleymanta reconoce que “la música logra mucho” y que los compositores hicieron del salay un ritmo más atractivo.
Los fundadores de Salay Cochabamba resaltan el talento de los músicos folclóricos. Los grupos Sumaya Andina, con “Corazoncito”; y María Juana, con “Golondrina Fugaz”, son los primeros en nombrarse cuando se refieren a la danza.
Sin embargo, Valeno, Renueve, Yara, Betty Veizaga y otros artistas proliferaron el ritmo.
Existe una especie de alianza entre fraternidades y grupos folclóricos para darle sentido al ritmo en la grabación de videoclips.
El posicionamiento de la danza llamó la atención de las autoridades departamentales. Existe una ley municipal y otra departamental, además de un proyecto de ley nacional para declarar al salay patrimonio cultural.
La primera vez, en Urcupiña, entramos con una camioneta Chevrolet con altoparlante. No había banda”.
Félix Torrico
SALAY COCHABAMBA
Los músicos
Las composiciones de los grupos folclóricos tienen un peso importante en la expansión de la danza, que en la actualidad atrae a miles.