EN LAS UNIDADES EDUCATIVAS PÚBLICAS, DIURNAS Y NOCTURNAS, LA CANTIDAD DE JOVENCITAS EMBARAZADAS Y CON HIJOS HA AUMENTADO. LAS NORMAS NACIONALES LAS PROTEGEN PARA CONTINUAR SUS ESTUDIOS SIN DISCRIMINACIÓN
Madres adolescentes asisten al colegio con sus bebés en brazos
Cargar sus cuadernos y un bebé al mismo tiempo no es una tarea fácil para Paola, de 17 años, pero desde hace más de un mes lo hace todos los días.
Esta adolescente lleva a cuestas el desafío de culminar sus estudios de secundaria, que tuvo que abandonar por un tiempo por el embarazo, y la gran responsabilidad de criar a un niño.
El año pasado abandonó el colegio por un primer embarazo que terminó en un aborto espontáneo. Al poco tiempo se volvió a embarazar de su pareja de la misma edad con quién decidió vivir. Ahora está en la promoción.
Paola es delgada y de baja estatura. Su cuerpo apenas puede con su propio peso. “Me canso al venir al colegio, pero tengo que terminar de estudiar por mí y por mi hijo”, mencionó.
Pocas veces falta al colegio y cuando eso sucede es porque llevó a su hijo al médico.
Su retorno a clases después del parto ha sido rápido. El colegio le otorgó un permiso de 90 días para que pueda esperar la llegada del bebé y atenderlo los primeros días. Pero como ella no se quiere perjudicar, asiste con su bebé de dos meses a clases.
Paola iba a clases, embarazada. Y cuando el uniforme del colegio le empezó a ajustar, los profesores fueron tolerantes y le permitían asistir con cualquier prenda de vestir.
Por el momento, la adolescente no piensa trabajar por cuidar a su bebé de dos meses, pero considera que en unas semanas más tendrá que buscar un ingreso económico para ayudar a su pareja con los gastos de la casa.
La situación de Paola no es aislada en su curso. Cuatro de sus compañeras tienen bebés. Tres de ellas asisten regularmente a clases con sus hijos.
En el aula, los pequeños son el centro de atención entre los adolescentes.
Margarita, su profesora, mencionó que Paola al igual que otras adolescentes que son madres en el aula son más responsables que el resto de sus compañeros.
“No sé si es porque el embarazo las hace madurar, pero las alumnas se vuelven más responsables y en lo que se pueda se les ayuda. A veces me toca cargar a los bebés cuando ellas están dando examen”, comentó.
Aunque la Dirección Departamental de Educación no cuenta con datos estadísticos del número de estudiantes con hijos en etapa escolar, reconoce que esta realidad se ha visibilizado más durante las últimas dos gestiones.
El exdirector departamental de Educación, Iván Villa, mencionó que no se hizo una estadística de esta situación, pero reconoció que ir a clases con niños es un derecho que no se puede negar a ninguna estudiante en el sistema educativo nacional.
Por su parte, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Cochabamba informó que conocen de al menos un embarazo adolescente en etapa escolar cada mes, mientras que en Colcapirhua, uno de los municipios con mayor índice de embarazos adolescentes, los casos ya superan los 100 a estas alturas del año.
Villa resaltó que tal como en el caso de las mujeres embarazadas, que son respaldadas por la Ley General del Trabajo, la mayoría de los colegios trata de otorgar una tolerancia de 90 días, 45 antes del parto y 45 días después para el cuidado del bebé.
De acuerdo con el último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas, en Bolivia se registran 246 embarazos en menores de 20 años cada día. Este año, Bolivia ocupa el segundo lugar con la tasa más alta de embarazo adolescente, después de México.
NORMATIVAS
Además del Código Niño, Niña, Adolescente, que garantiza el derecho a la educación de todos los bolivianos sin ninguna discriminación, está vigente la Resolución Ministerial 001/2015, emitida por el Ministerio de Educación, que prohíbe la expulsión, discriminación o no inscripción de estudiantes que son madres o están embarazadas, con el objetivo de apoyar a que las mismas tengan una continuidad en sus estudios.
Los profesores que incumplan con estas normativas pueden ser sancionados con suspensiones temporales o definitivas.
Según el exdirector departamental de Educación Iván Villa desde hace dos años no existen denuncias por este tipo de casos.
“Hace algunos años hemos tenido, pero en ningún caso se llegó a situaciones extremas. Ahora las denuncias han bajado, este año no hay ninguna”, puntualizó.
El secretario ejecutivo de la Federación de Maestros Urbanos de Cochabamba, Julian Aranda, manifestó que tampoco su sector recibió denuncias en contra de profesores.
“Los maestros han sido capacitados hace algunos años con relación a estos temas y saben que no pueden tratar mal o expulsar a ninguna estudiante por este motivo”, agregó.
VARIAS POR CURSO
Aranda manifestó que es necesario hacer un estudio de esta situación porque tanto en colegios diurnos como nocturnos hay varias estudiantes embarazadas y que son madres.
El funcionario afirmó que a veces desarrollar una clase con niños pequeños es un poco difícil. Por este motivo, las autoridades municipales y de Educación deben comenzar a pensar en ítems e infraestructura para instalar especies de guarderías que garanticen el mejor desenvolvimiento y el proceso de enseñanza aprendizaje en estas aulas.