HENRY PAREDES, POSTULANTE A GOBERNADOR DE COCHABAMBA, FUE MUY APLICADO DURANTE SU NIÑEZ
Era tradición sacar diploma cada año
Dos factores, la muerte y el exilio, le arrebataron a los dos pilares fundamentales de su vida, su madre y su padre, cuando tenía poco más de un año de edad.
Sin embargo, esto no impidió que el actual candidato a la Gobernación de Cochabamba por el Movimiento Demócrata Social (Demócratas), Henry Paredes, crezca en el seno de una familia colmada de valores.
Toribio Paredes y Enriqueta de Paredes, sus abuelos paternos, asumieron el rol de padres y fueron “la mejor familia” que la vida pudo darle, dice.
ORFANDAD
Sobre sus padres, Paredes no puede dar muchos detalles, debido a que él era muy pequeño cuando ambos se marcharon, uno temporalmente y el otro para siempre.
Sabe que su madre, llamada Roxana, tuvo un ataque cardíaco y murió. Mientras que su padre, Roberto, fue exiliado del país el año 64, durante el golpe de Estado de René Barrientos Ortuño.
Se refugió en Argentina, donde, con el paso del tiempo, pudo establecerse, casarse e incluso tener hijos.
A pesar de la distancia, asegura que siempre se llevó bien con sus dos hermanos y su padre. Es más, dice que están en contacto regularmente.
TRADICIÓN FAMILIAR
A pesar de la ausencia de sus progenitores, sus abuelos le inculcaron muchos valores, uno de ellos, la responsabilidad.
Gracias a esta y otras cualidades, siempre fue un estudiante destacado en las tres unidades educativas en las que estudió para alcanzar el bachillerato: Litoral (escuela), Mayor Rocha (intermedio) y Nacional Junín (medio).
Era tan destacado, que recibir un diploma cada año se convirtió en una tradición familiar.
Agrega que sus logros eran una forma de agradecimiento a sus abuelos por todo lo que hacían por él.
MIMADO
Como todo niño, Henry Paredes no solo se aplicaba en sus estudios, sino que también se daba tiempo para jugar con sus amigos de barrio e incluso hacer una que otra travesura.
Le gustaba jugar al fútbol, con trompos y otros juegos característicos de aquella época en la que “no había tanta tecnología”.
Una recurrente jugarreta de su niñez fue el cuqueo o también llamado robo de frutos.
Cuenta que con sus amigos buscaban palos y amarraban en los extremos unos ganchos, así podían arrancar higos, duraznos y otros frutos que colgaban de las casas que estaban por el sector de Sarco y Cala Cala.
Más allá de esto, Paredes era muy tranquilo y mimado.
Le gustaba que sus abuelos le compren Dinky Toys, unos coches a escala que coleccionaba.
A GOLPES
Ya en el colegio, recuerda que su profesor de Educación Física les hacía arreglar las diferencias entre compañeros llevándolos “al patio de atrás” y dándoles guantes reglamentarios.
“Nos dábamos un par de golpes, pero con control”, señala.
A pesar de ello, Paredes dice admirar a su profesor porque aprendió mucho de él.
POLÍTICO DESDE NIÑO
Además de aplicado, desde muy pequeño se inclinó a la política, actividad que hasta ahora considera “buena, dependiendo de quién la haga”.
“Me gustaba mucho ser representante y dirigir”, puntualiza. Ese pensamiento lo conservó incluso en la universidad.
En dicha instancia, Paredes afirma que tuvo “el coraje y la valentía” de conformar un frente que era la viva expresión de Acción Democrática Nacionalista (ADN), esto en plena época en la que el frente Unidad Democrática y Popular (UDP) estaba de turno.
“Tuvimos presencia en casi todas la facultades y yo fui candidato a la Federación Universitaria Local (FUL)”, recuerda.
Tras esto, empezó a hacer carrera política en ADN y llegó a ser secretario ejecutivo departamental del partido.