EN ESTE ARTÍCULO, EL DOCTOR SETH BERKLEY, DIRECTOR EJECUTIVO DE LA ALIANZA GAVI, EXPLICA POR QUÉ, ENTRE TANTAS ENFERMEDADES MORTALES, EN GRAN PARTE DEL PLANETA SE LE TIENE UN MIEDO ENORME A ESTE MAL QUE TIENE SU ORIGEN EN ÁFRICA
Las razones por las que el mundo le teme tanto al ébola
El ébola es sin duda una dolencia verdaderamente horrible, pero hay muchas otras malas que matan a más gente. Entonces, ¿por qué es que el ébola llega a los titulares y las otras no¿ ¿Será porque de repente hay gente en África muriéndose?
Eso es poco probable. El dengue tiene un índice de mortalidad relativamente bajo, pero en todo caso mata a 20 mil de cada medio millón de personas que se infectan cada año; eso es un orden de magnitud más que el peor brote de ébola. Así y todo, es apenas un 20 por ciento del número de personas que mueren por sarampión al año.
Y cuando uno empieza a fijarse en patógenos como el neumococo y el rotavirus -que causan las dos enfermedades que más niños matan, neumonía y diarrea-, el número de muertes rápidamente se alza a los cientos de miles.
Es cierto que el ébola también es muy infeccioso, lo que hace que parte del personal sanitario se aleje por miedo a pincharse con una aguja.
Pero existen tantas otras enfermedades más contagiosas, como el sarampión -a través de gotas suspendidas en el aire- y hepatitis B, que se transmite de manera similar al VIH pero es 50 veces más infeccioso.
LA CLAVE
Quizás entonces tenga que ver con el hecho de que no hay una cura y que entre el 50 por ciento y 90 por ciento de la gente afectada inevitablemente morirá.
Posiblemente, pero tampoco hay una cura para la rabia y apenas una persona desarrolla los síntomas, es casi 100 por ciento seguro que morirá y que su muerte será lenta y dolorosa, a menos que hayan sido vacunados tras la exposición.
Y es ahí donde está la clave.
El hecho es que aunque el ébola lleva a una muerte dolorosa y aislada de los seres queridos, hay otras enfermedades horrendas que también merecen tanto nuestro respeto como temor; dolencias que, como el ébola, son temidas no solo en África occidental y que regularmente matan a cientos de miles de personas en los países pobres.
Sin embargo, en los países ricos, gracias a la disponibilidad de medicinas modernas, muchas de esas enfermedades a menudo pueden ser tratadas o curadas. Es más, con las vacunas, raramente tienen que ser curadas.
Debido a esta bendición, sencillamente muchos se han olvidado de lo que es vivir bajo la amenaza de enfermedades tan contagiosas y mortales. Y se han olvidado de lo que significa temerles.
Por eso, cuando sucede un brote de estos, es natural que desde la comodidad de ese entorno relativamente libre de enfermedades, observen con horror y les cause terror la probabilidad de que algo como el ébola logre llegar a sus lares.
PROBLEMA DE RICOS
Pero aunque el ébola sigue siendo una preocupación genuina en África occidental, si alguna vez llegara a Europa o al norte de América, la probabilidad de que se expanda es remota.
Eso es por dos razones importantes: primero, la vigilancia de las enfermedades es más estricta y, segundo, el ébola mata o inmoviliza al portador antes de que tenga mucha oportunidad de propagarlo.
En realidad, una preocupación más grande para los países ricos es que están retornando algunas dolencias que ya habían sido vencidas, como el sarampión, la rubéola y la tosferina.
Gracias a una complacencia insidiosa ha habido unas reducciones significativas de vacunación en muchas partes del mundo occidental, hasta el punto de que hay enfermedades que no solo están volviendo, sino que han alcanzado niveles tan altos que de hecho las están importando a países más pobres.
¿Cómo se justifica que muera gente de enfermedades que ya se habían combatido y para las que existen vacunas seguras y efectivas?
Y sin embargo estos son los mismos países que ahora preguntan por qué no existe una vacuna para el ébola. De manera que el hecho de que el brote del ébola haya recibido tanta atención es algo que debemos aplaudir.
Por un lado, podría acelerar el progreso de algunos prometedores candidatos a tratamientos y vacunas cuyo desarrollo ha estado detenido.
Más certero es que fomentará el diseño de mejores planes de respuesta a emergencias para los países afectados, medidas que puedan ayudar a prevenir que futuros brotes se expandan tan rápido y tan lejos.
Para la gente de África occidental, que actualmente está tratando de conllevar este terrible brote, eso no es mucho consuelo.
No obstante, si centrar la atención internacional en el ébola ayuda a enfocar nuestras nociones de percepción de riesgo, eso no puede ser malo.