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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Merkel, un año entre la cuenta atrás y complejo relevo en el poder

Merkel, un año entre la cuenta atrás y complejo relevo en el poder
La gran coalición alemana -la "Groko"- cumplió este jueves un año, marcada por la pregunta de hasta cuándo permanecerá al frente de la potencia europea la canciller Angela Merkel, determinada a culminar una retirada ordenada del poder.

El 14 de marzo de 2018, tras seis meses de férrea negociación en busca de una mayoría, Merkel abrió su cuarto mandato con los votos de bloque conservador y del Partido Socialdemócrata (SPD), resignado a reeditar una alianza de gobierno que inicialmente no deseó.

Los comicios generales de 2017 habían dejado a conservadores y socialdemócratas bajo mínimos históricos y erigido en tercera fuerza a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), descartada como aliado por el resto del espectro parlamentario.

Merkel logró la reelección con una mayoría sólida, aunque se le escaparon 35 votos de la bancada gubernamental, reveladoras de las heridas dejadas por un pacto de coalición que incluyó algunos "regalos" al SPD -como la cartera de Finanzas-.

"No es para ir de fiesta. Pero sí hay motivos para celebrar", afirmó la líder del SPD, Andrea Nahles, al hacer balance del primer año de la gran coalición, pese a la desoladora situación de su partido, que no logra detener su caída en intención de voto.

"La pregunta ¿hasta cuándo? acompaña a Angela Merkel como una mosca molesta", escribió el jueves el columnista Nico Fried en "Süddeutsche Zeitung", diario de referencia de la prensa seria, dos días después de que el tabloide "Bild" planteara esa cuestión.

La actual gran coalición es la tercera que lidera Merkel -gobernó bajo esta fórmula de 2005 a 2009 y de 2013 a 2017-, lo que acentúa la percepción de que se ha abusado de una alianza a la que solo debería recurrirse cuando no queda otro remedio.

Merkel, con 64 años y más de 13 en el cargo, empezó a organizar un relevo ordenado el pasado octubre tras nuevas y dolorosas caídas de electorado en comicios regionales, al anunciar con no buscaría la reelección como líder conservadora ni como canciller.

Lo primero se materializó el pasado diciembre en el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que presidía desde 2000, que eligió para su sucesión a Annegrett Kramp-Karrenbauer, apodada AKK y teóricamente leal a la línea de Merkel.

Para lo segundo, la fecha límite es 2021, fin regular de la legislatura, aunque desde el ala más conservadora de la CDU -la llamada "Werteunion"- se alzaron ya las voces pidiendo un relevo "a ser posible, pronto", a favor de AKK en la Cancillería.

La cuestión no es tan sencilla, puesto que con AKK defiende posturas más conservadoras que Merkel, a la que a menudo se ha reprochado haber "socialdemocratizado" a la CDU.

El partido ha dado con AKK un giro derechista que ha contribuido a calmar las aguas con su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), pero que harían difícil otra alianza con el SPD o pasar a una coalición con los Verdes, formación emergente en el panorama alemán.

La impaciencia se hace palpable asimismo en el ámbito económico, como mostraba el balance difundido también estos días por Federación de la Industria Alemana (BDI), cuyo presidente, Dieter Kempf, hablaba de una "insatisfacción masiva" en el ámbito empresarial por el trabajo de la gran coalición.