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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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ENTREVISTA A CARLOS QUISBERT FERNÁNDEZ

La voz del periodista que, pese a la cárcel, no dejó de indagar el caso Alexander

El comunicador devela detalles de la pesquisa en la que ya lleva casi cuatro años. Está “absolutamente” seguro de que el médico es inocente.
La voz del periodista que, pese a la cárcel, no dejó de indagar el caso Alexander



Si hay alguien que jamás dejó de buscar la verdad en el caso del bebé Alexander, ese fue el periodista Carlos Ángel Quisbert Fernández. Le tocó cubrir el caso desde el 13 de noviembre de 2014, cuando alguien llamó a los periodistas para avisar que habían violado a un niño de ocho meses, internado en el hogar dependiente de la Gobernación de La Paz, Virgen de Fátima.

Una fotografía circuló entonces entre los comunicadores que cubrían el área de Seguridad en Bolivia, y en ella se veía los glúteos de Alexander, ensangrentados. A simple vista, parecía una víctima de violencia sexual. A menos 20 personas fueron arrestadas. Carlos Quisbert trabajaba en el matutino paceño El Diario y, el 9 de marzo de 2015, él se convirtió en noticia cuando fue detenido y enviado a la cárcel de San Pedro por investigar el caso.

Quisbert fue a la cárcel de Viacha para entrevistar a una de las aprehendidas por el caso Alexander y lo capturaron. Estuvo preso dos días en la cárcel, pero salió con una acción de libertad, tras la protestas de cientos de periodistas en el país. Pese a la intimidación, continuó indagando cada paso del proceso de investigación, durante estos últimos tres años y 10 meses, pese a que las fuentes oficiales se cerraron con la excusa de que “el caso está en reserva”.

Hace unas semanas, Carlos Quisbert dejó El Diario y pasó a formar parte del equipo de Página Siete. A través de este periódico, él fue quien difundió el audio (además de ATB), en el que se oye la voz de la jueza Patricia Pacajes confesando que condenaron al médico Jhiery Fernández, a sabiendas de que era inocente.

OPINIÓN entrevistó al periodista Carlos Quisbert en torno al caso Alexander.

P. La exministra de Comunicación Amanda Dávila ha opinado que los medios de comunicación lincharon al médico y que orillaron a que los jueces sentencien a un inocente. Además, dijo que los periodistas no investigaron este caso, pero tú lo hiciste, y hasta fuiste encarcelado por ello. ¿Qué opinas?

R. En relación a que los medios de comunicación afectaron enormemente la imagen y el honor del médico, y de su familia, creo que en parte tiene razón, porque no solo se lo exhibió con nombre y apellido, sino que la opinión pública, guiada por muchas publicaciones periodísticas, exigió la aprehensión del médico. Hubo una postura para detenerlo. Eso es innegable y hay que analizarlo serenamente. Falsas indignaciones no vienen al caso. Pero, decir que el periodismo no investigó el caso Alexander, es una falta total de conocimiento. Quien quiera opinar al respecto debería cerciorarse.

En mi caso, como periodista de El Diario, hasta hace unos meses, hice constante publicaciones sobre el caso, de manera documentada y probada. Ahora, en Página Siete, trabajo con un equipo muy profesional y le hemos dado seguimiento a este caso.

P. El audio de la jueza causó un remezón en el ámbito judicial, fiscal y político.

R. El audio que hicimos público el lunes 17 de septiembre es un dato que perseguimos desde el mes de mayo. Hay una historia detrás de esto, y en su momento será contada: quiénes son las personas que grabaron el audio, qué tipo de relación tienen con la jueza y cómo llega el audio a nuestras manos. Lastimosamente, personas que solo buscan figurar o tener algún crédito, y me refiero a abogados, políticos y otros, dispararon ese audio por ahí en su versión completa. Pero, nosotros pudimos trabajar ese audio antes de que lo filtren y verificamos su veracidad, documentamos los temas de los que se hablaba ahí, y quiénes están comprometidos. Tenemos todos los antecedentes y, como periodista, estoy absolutamente seguro del trabajo que realizado. Solo una persona desubicada o que tienen algún tipo de interés se atrevería a poner en duda este audio. No es una publicación que se haya hecho de un día para el otro.

P. Han dicho que existen personas interesadas en perjudicar a los fiscales con este audio...

R. Mi único interés, desde hace casi cuatro años, es ofrecer una información confiable de este caso y que la gente tenga el cuadro completo. Al principio, los únicos que tenían la información, los que dirigían la investigación, y decidían qué testimonios eran válidos, y cuáles no, eran los fiscales. Ya cumplieron su trabajo y entregaron varios documentos. De la revisión de esos documentos y de los testimonios de los involucrados, nosotros continuamos investigando. Mi encarcelamiento ya es historia. Si acá hay algún personaje es el médico Jhiery Fernández, que ojalá logre una pronta libertad, después de todas las pruebas que recopilamos de su inocencia.

P. Se han descubierto muchas irregularidades cometidas bajo el manto de la declaratoria de reserva de este caso. ¿Cuánto crees que hubiera ayudado a evitar esta injusticia la decisión de permitir el acceso de los medios al proceso de investigación y al juicio?

R. La presencia libre de periodistas responsables en el proceso, y durante el juicio, hubiera cambiado mucho lo que ha pasado en este caso. Creo que las acciones chicaneras de las que se valió la Fiscalía, para mantener este caso en reserva, solo fueron en demesdro del derecho a una correcta defensa del médico. Además, sirvió para ocultar todas estas irregularidades que hoy van desvelándose. Gracias a Dios, como periodistas, nos hemos dado modos para estar al lado de la puerta del Tribunal de Sentencia 10, escuchando y hablando con las fuentes de manera directa.

Pese a todas las prohibiciones arteras de los fiscales y los jueces, los periodistas hemos logrado abrir una pequeña luz de esperanza en este caso, para luchar por la libertad del médico. Yo más bien creo que, sin la presencia de los periodistas, todas estas maquinaciones se consolidarían.

P. Estas investigaciones conllevan intimidación y persecución, algunas veces. ¿Cuál ha sido el costo para ti?

R. Muchas veces he tenido que mirar atrás en la calle para verificar que no me estén siguiendo. Mi detención me ha enseñado mucho, pero también ha quedado un temor de que otras personas sean afectadas por mi trabajo. He tenido que cambiar muchas cosas en mi vida personal, para evitarlo.





13 

de noviembre de 2014 fue la fecha en la que el bebé Alexander, de ocho meses, perdió la vida en el hospital San Juan XXIII.  



de marzo de 2015 el periodista Carlos Quisbert Fernández fue aprehendido por intentar entrevistar a una detenida en la cárcel de Viacha. Un juez lo envió con detención preventiva a la cárcel de San Pedro, imputado por “obstrucción de las investigaciones”.

Jhiery sí se sometió a prueba

P. En entrevistas, el fiscal departamental de La Paz, Edwin Blanco, dijo que el médico Jhiery Fernández se negó a someterse a pericias genéticas. ¿Es verdad?

R. No. El mismo día que lo aprehendieron, el 13 de noviembre de 2014, le cortaron la uñas, le tomaron muestras con hisopos del glande, le secuestraron la ropa interior para buscar rastros de líquido seminal o fluidos biológicos del bebé. Lo propio se hizo con Alexander, pero la forense Ángela Mora no tomó adecuadamente las muestras en el bebé. No tomó el número correcto de muestras. Antes de la audiencia cautelar del médico Jhiery Fernández, que se realizó el 15 de diciembre de 2014, ya se conocían los resultados de la comparación genética. El l antígeno prostático específico encontrado en pañales y papel higiénico, no coincidía con el perfil de ninguno de los cuatro imputados, entre ellos Jhiery. Empero, los fiscales quisieron volver a tomarle otra muestra de semen a Jhiery y él, desconfiando de la intención, pidió que esa nueva muestra fuera tomada también por otros peritos externos, para garantizar que no usen esa muestra para “sembrarle pruebas”. Pero, los fiscales no quisieron darle esa garantía. Ante ese panorama, el médico no permitió que le tomen otra muestra, sin peritos y garantías.

Quisbert: “El médico ni siquiera vio al bebé Alexander esa fecha”

P. Ante tanta información contradictoria, en 2014, había dudas de si el médico Jhiery Fernández llegó a examinar al bebé Alexander. ¿A qué conclusión llegaste?

R. No, ni siquiera lo llegó a ver. El lugar donde estaba el hogar Virgen de Fátima, que ahora se llama Niño Jesús, es un manzano donde existen cuatro instituciones colindantes. El bebé estaba en el hogar y el médico estaba en otra institución. Si hacemos una comparación con un campus universitario, el bebé estaba en la facultad de Economía, y el médico estuvo en la facultad de Arquitectura. En los horarios en los que ocurrió la supuesta violación, Jhiery Fernández estaba atendiendo a una menor de 14 años que sufría parálisis en las piernas, y a la que se le formaban úlceras o escaras en el cuerpo, en el Centro de Rehabilitación Infantil. Esto fue ratificado por el personal que trabajó de turno esa noche. El médico ni siquiera examinó a Alexander. Por contrato, Jhiery Fernández solo debía atender a pacientes del Centro de Rehabilitación Infantil, pero en un memorándum le instruyeron atender a pacientes de las cuatro instituciones del manzano.

Mientras curaba las escaras de esta adolescente, recibió una llamada desde el hogar Virgen de Fátima, para pedirle que pase a revisar a un bebé que se puso mal. El médico tardó lo que se demora en ir de una a otra institución, pero cuando llegó al hogar, una enfermera ya se había llevado a Alexander al hospital del Niño. Jhiery Fernández va a este centro hospitalario, pero allí le dicen que la criatura fue traslada al hospital Juan XXIII. Él se dirige a ese lugar, pero el bebé ya estaba internado en terapia intensiva y no pudo verlo. Todo esto está documentado en la investigación periodística, y en el mismo cuaderno de investigaciones de la Fiscalía.

Tampoco es verdad que era el único varón. El esposo de la portera del hogar Virgen de Fátima estaba descansando allí el día de los hechos. Y Jhiery Fernández ni siquiera estaba en el hogar en ese momento, estaba en el centro de Rehabilitación Infantil, trabajando.

¿El único varón?

El médico no era el único varón. En el hogar Virgen de Fátima, el 14 de noviembre de 2014, estaba el esposo de la portera, descansando.

Hay 11 pruebas de la inocencia del médico

Existen al menos 11 pruebas de la inocencia del médico Jhiery Fernández que fueron “escondidas” o “desaparecieron” durante el proceso, pero no de las investigaciones periodísticas ni del legajo de la defensa que tuvo que obtenerlas y judicializarlas por su parte.

La misma jueza del Tribunal de Sentencia 10, Patricia Pacajes, certificó que las pruebas testificales o testimonios de los testigos de la inocencia del médico no figuran en actas. Esto significa que para fines de validez legal, no existen, y por lo tanto, no fueron presentadas durante el juicio.

Christian Alanes, el abogado defensor del médico, dijo que esta es una terrible vulneración al debido proceso. “Las demás pruebas las presentaremos mañana lunes, 24 de septiembre, en la audiencia donde exigiremos la libertad de Fernández. No podemos detallarlas, es nuestra estrategia jurídica”, dijo. Los testigos aseguraron que el médico no estaba en el hogar Virgen de Fátima el 13 de noviembre de 2014, sino en el Centro de Rehabilitación Infantil.

La defensa está convencida de que estas 11 pruebas fueron escondidas de la defensa porque cada una de ellas pone en evidencia dos premisas que desbaratan la acusación fiscal y, por tanto, la sentencia. Una es que el bebé Alexander no fue violado y la otra es que Jhiery Fernández es inocente.

Una prueba vital es la genética. El supuesto antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), encontrado en pañales y en papel higiénico (tomado por la forense Ángela Mora) no coincide con el perfil genético de Jhiery Fernández ni con el de los otros tres médicos investigados. La Fiscalía no averiguó a quién le pertenece ese supuesto PSA.

Toda la acusación del Ministerio Público se basa en el informe de la forense Ángela Mora, y en el del forense Christian Vargas, que ratificó el primero. La forense Ángela Mora tenía un año de experiencia en el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), pero no tenía título en la especialidad de Medicina Forense, pues no cumplió con el requisito de registrarse en la Sociedad de Medicina Legal, según certificó el Colegio Médico. Tampoco contaba con el requerimiento fiscal necesario para efectuar la valoración al bebé, según el abogado defensor del médico. En su informe, Mora hizo descripciones inusuales. Diagnosticó: “desfloración”, como si el bebé Alexander fuese una niña. Además usó términos que los forenses no deben utilizar en este tipo de casos como “coito”, que hace referencia a un acto sexual explícito. Describe lesiones en “la región perianal”, cuando la autopsia señala que no existía daño en el esfínter. Ángela Mora hizo una declaración anticipada en el juicio y renunció al IDIF en enero de 2016, para irse becada a Cuba por tres años.

Otra prueba que no fue valorada por fiscales y jueces es el resultado de la necropsia del bebé Alexander. La médico forense del IDIF María Ángela Terán, con 17 años de experiencia, descartó la existencia de signos de violación sexual en la criatura. Terán refrendó su informe en el juicio e incluso quiso mostrar a los jueces las placas fotográficas que prueban que no hubo violación, pero los fiscales la amenazaron con procesos penales si es que lo hacía, según denunció el abogado Christian Alanes.

Otra prueba que fue ignorada es la que una consultora en auditoría médica y medicina forense presentó en defensa de otro de los médicos investigados. La perito Heidy Arteaga, que hizo un estudio del caso, también descartó que el bebé Alexander haya sido violado. La Fiscalía nunca la convocó a declarar en el juicio.

24 de septiembre de 2018

Mañana, lunes, se llevará a cabo la audiencia de cesación de la detención del médico Jhiery Fernández. La Asamblea de Derechos Humanos, el Defensor del Pueblo, el Colegio de Médicos y el de Abogados, además de otras instituciones, exigen la inmediata liberación del médico.