Los obispos del país que participan de la CIV Asamblea de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) celebraron ayer una eucaristía dominical en el templo de Santa Teresa, donde brindaron un mensaje sobre la situación social que vive el país, pidiendo que no se haga de él “una patria marcada por la confrontación”.

La homilía en esta ocasión estuvo a cargo del monseñor Ricardo Centellas, obispo de la Diócesis de Potosí y presidente de la CEB.

“Escuchando la inquietud de varios sectores de la vida laical, hoy queremos consagrar la vida de toda Bolivia a los sagrados corazones de Jesús y María”, comenzó diciendo el prelado, al momento de abordar la coyuntura nacional.

Para Centellas, esta consagración significa un compromiso de todos los creyentes católicos para cuidar la nación y que en ella reine el respeto a todas las personas, sin discriminación de ningún tipo, para alcanzar “la tan anhelada justicia social, el progreso sostenible, especialmente de los más vulnerables”.

En su reflexión, Centellas también citó el himno nacional, aclarando que los esfuerzos deben unirse en pos de hacer de Bolivia “la patria feliz, donde el hombre goza de la dicha y la paz”. Resaltó que debe evitarse un Estado “marcado por la confrontación, la descalificación y la absurda manipulación”.

NAZARIA IGNACIA En otro tópico, Centellas llamó a sus fieles a vivir con “gozo espiritual” la próxima canonización de la beata Nazaria Ignacia.

“Hemos sido bendecidos, creo que hemos ganado un modelo de vida y una intercesora en toda nuestra acción misionera”, manifestó la autoridad eclesiástica.

Además, recordó que la vida de la religiosa fue un testimonio de “vivir la misericordia de Dios, así como ser sensibles y solidarios con los excluidos y olvidados de la sociedad”.

“Con humildad y valentía se acercó a todos para trabajar por la unidad y la comunión de la Iglesia. Es una mujer de Iglesia, o la Iglesia hecha rostro de mujer”, sentenció.

Los prelados se reúnen en Cochabamba desde el 12 de abril y cerrarán sus actividades el 17 de abril.

Analizan la situación actual del país, renuevan su compromiso de comunión apostólica e indican las orientaciones pastorales.

1992

Nazaria Ignacia nació en España, pero vivió gran parte de su vida en el país. Fue beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II.