Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 10:52

La cultura colla se expande en departamentos del oriente y el sur

El sociólogo Fernando Untoja analiza los casos de discriminación en Santa Cruz. Los atribuye a gente que ve la presencia de los aymaras como invasión. Y destaca que la migración colla provocó el crecimiento. 
La cultura colla se expande en departamentos del oriente y el sur

Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija son los departamentos donde los bolivianos nacidos en el occidente, quienes tienen orígenes aymaras, hacen expandir  su cultura, tradiciones y, como efecto de la migración, marcan el crecimiento demográfico


Según el sociólogo Fernando Untoja, la influencia de los aymaras trasciende a territorios extranjeros; marcan su presencia en el norte de Chile y en especial en Argentina, donde los migrantes reproducen su cultura; su identidad se mantiene pese al contexto externo.

El desplazamiento de los aymaras hacia otras regiones bolivianas se acentuó desde la década y se aceleró en los últimos 30 años. Untoja ilustra este proceso como el copamiento aymara del país. Las familias migraron a Santa Cruz, Tarija (Yacuiba), Pando.

Por ejemplo, Untoja cita el crecimiento demográfico de Santa Cruz, que hace 50 años solo tenía 50 mil habitantes,  en la actualidad  su población llega a 2.2 millones. La mayoría de la población es  población "colla" o es "camba colla".

"Santa Cruz es colla en el fondo. La cultura camba no tiene capacidad de reproducirse, de marcar diferencia con su música, con su costumbre y con su negocio. Ellos no pueden hacer eso, mientras que los collas sí lo hacen", apuntó.

Untoja destaca que los aymaras reproducen su cultura, se adaptan e incluyen a la gente que encuentran. Se caracteriza por ser una población abierta: "Uno puede ver a un aimara vendiendo pastillas, pero nunca se verá a un chimán o a un yuracaré vendiendo chicle en el altiplano o trabajando de chofer en Beni, Santa Cruz o Pando", remarcó.

Cuando se traslada a otra región, los aymaras se van con toda su identidad: comida, tradición, música, ritos, así reproducen su cultura. Sin embargo, esa tendencia en los actuales tiempos de globalización es vista por algunos como invasión.

La semana pasada se vivió en Santa Cruz de la Sierra un hecho de racismo contra los collas;  salió a luz pública un vídeo, que pone en evidencia al docente Juan Carlos Herrera, de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno,  quien califica a unas estudiantes de ser "collas de mierda, ladrones, delincuentes y corruptos". El hecho ha sido denunciado en el Ministerio Público.

Por las redes sociales  también circuló una fotografía tomada en un supermercado de Santa Cruz, que etiquetó al pan "marraqueta", tradicional de La Paz, como "pan colla" .

A mediados de marzo, en un vídeo difundido por redes sociales se ve a una mujer agredir a otra vestida de pollera de manera despectiva. El hecho ocurrió en un micro. En el video se observa a Ramona Cabrera humillando a la mujer de pollera haciéndole alusión a su procedencia "colla" por haberle pedido permiso para sentarse a su lado:  "De aquí soy, no soy colla. ¡Carajo!", y  la agredida responde: "A mí qué me importa, señora. Que sea colla o que sea camba".

Para el sociólogo Untoja, estas actitudes provienen de gente racista y de pensamientos retrógrada. Y dice que el calificativo de "colla" no debe ofender a un paceño, porque no se trata de un adjetivo.

Quienes convierten el sustantivo colla en adjetivo son personas que ven a los aymaras como invasores.  "Hay cierta gente que se cree de la élite cruceña. Lamentablemente  esta actitud se reproduce  en otras universidades: ´la gente dice no soy colla pero está corriendo a bailar morenada en el Gran Poder´". 

"La gente no quiere admitir la reproducción de la sociedad aymara-quechua como identidad colla en estos tiempos", complementa.

La migración es fuerte. Hay una dominación "collana" que pretende ser hegemónica, no solo en el territorio nacional, sino fuera del país, por ejemplo en Chile se dedican al comercio y al negocio inmobiliario.

"Han retomado e invadido el norte chileno, solo Arica está compuesto por el 70 por ciento de bolivianos", dijo Untoja.