Ocurrió en Santa Cruz, frente a las puertas del hospital Japonés, la noche del 20 de noviembre. Una familia había solicitado que la ambulancia de MIA recoja de Cotoca a su pariente, un joven de 19 años que había sufrido el estallido de un aneurisma, pero, al llegar al centro de salud, unas 20 personas asaltaron el vehículo médico, golpearon al médico y al paramédico, le quitaron el respirador al paciente, que estaba inconsciente, y se lo llevaron en un carro particular.

Hasta el cierre de esta edición, no se sabía cuál fue el destino del paciente, pero los médicos dijeron que estaba muy grave y sin atención de terapia intensiva, probablemente fallecería.

La turba alegaba que ya había gastado mucho dinero en la recuperación del joven y que no podía invertir más. Sin embargo, el tío del joven, que estaba también dentro de la ambulancia y que no pudo evitar el atentado, dijo que no sabía a qué se referían.

Sostuvo que eran habitantes de Cotoca, pero no parientes. El gerente de operaciones de la compañía de ambulancias Medicina Integral Activa (MIA), José Argandoña, detalló que el paciente era de una comunidad de Cotoca y fue llevado a petición de los mismos familiares.

“El joven había sufrido un derrame cerebral. Nosotros acudimos al llamado de los familiares. La ambulancia fue rodeada, el personal acorralado. Desconectaron al paciente, lo sacaron de la camilla y lo subieron a un auto particular”. El médico y el paramédico intentaron evitar el secuestro, pero fueron golpeados. La turba se llevó los equipos de comunicación, para evitar que llamaran a la Policía. El caso es investigado por la fuerza anticrimen.