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  • Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
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Villarroel, el “reflejo” de la maestra Jin Joo

Es campeón sudamericano Pro en kick boxing. En poco más de un año se ve con el título mundial.
Villarroel, el “reflejo” de la maestra Jin Joo



A la maestra coreana de karate y kick boxing Jin Joo Kang Lee, que vive en Cochabamba, le profesan admiración desmedida y su figura femenina se engrosa con el concepto de “madre” que para sus alumnos representa. Es posible confirmar la apreciación en las redes sociales, ese mundo abstracto en el que las muestras de cariño hacia la entrenadora son tan grandes que pueden simplificarse sencillamente en eso, una suerte de presencia maternal ganada a pulso.

Y Fabio Villarroel, el campeón sudamericano profesional de la categoría peso pesado, no escapa a lo que ya parece haberse transformado en un “mandato espontáneo”. El atleta, de 27 años, no solo la toma como una gran maestra. No. También la considera como una mujer que le enseñó respeto, honestidad y responsabilidad. Tres valores que pesan mucho en la vida, si los hay.

Bastante tuvo que ver Jin Joo, nacida en Seúl y casada con un boliviano (según los resultados preliminares de un stalkeo rápido en Facebook), en el título que empuñó Fabio hace menos de dos semanas en Buenos Aires, Argentina, ciudad en la que derrotó al local Carlos Aguirre por decisión dividida de los jueces, en lo que se denominó como La Gran Batalla.

Fabio, que se acercó al kick boxing cuando era niño y hace solo cinco años se inclinó por completo hacia el deporte de origen japonés, le confiesa a EL LÍDER que evolucionó muchísimo desde que se forma en la Academia Kang’s y que, además, su entrenadora le enseñó a darlo todo en el cuadrilátero. No está permitido rendirse y un verdadero guerrero no desiste.

“El karate que yo hacía era olímpico, muy suave. Tenía el dato de unos amigos. Me dieron buenas referencias de ella y me inscribí ¡Ya no lo dejé más!”.

“Es como mi madre. Resulta importante la relación entre el coach y el atleta. Estando en el ring, necesitas el apoyo de tu maestra, que esté ahí, en la esquina”.

El elemento que sube la cuota meritoria del campeonato internacional de Fabio es que se trató de la primera vez que el cochabambino compitió en un evento fuera del país.

Fue un estreno internacional hermanado con un cinturón nada más ni nada menos que sudamericano.

Al campeón le falta solo una materia para egresar de la carrera de Planifación de Territorio y Medio Ambiente. Su plan inmediato es acabar. El otro, a mediano plazo, es ser el mejor del mundo. Sabe que para ello deberá primero quemar etapas. “Por lo menos (se dará), en un año y más. Tengo que defender el título dos veces como mínimo para clasificar. Hay fe”.

Nadie lo desbancará de la cima. Al menos, no esta temporada, puesto que la pelea que estaba pactada para el 16 de diciembre se suspendió. Iba a enfrentarse con el brasileño Rodrigo Surerus.

Lo que lo vuelve “fuerte” en el ring son sus patadas letales. “Pateo fuerte y muy alto”, cuenta el atleta, que se vio obligado a organizar una quermés para recaudar fondos y competir en Buenos Aires porque no cuenta con apoyo, como tantos otros.

2 Motivaciones especiales tiene Fabio en su vida: su padre y su hijo de apenas dos años. Ambos se llaman Álvaro.