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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Riesgos de globalización

Riesgos de globalización
Naia, la joven de hace 13.000 años cuyos restos fueron hallados en una cueva sumergida en México, nos habla a través del tiempo de una incipiente diversificación de las poblaciones prehistóricas a la vez que nos alerta de los riesgos de la globalización, afirmó la antropóloga Vera Tiesler.

Tiesler, integrante del equipo internacional dirigido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que estudia la osamenta descubierta en 2007 en un sitio denominado Hoyo Negro en Tulum, estado de Quintana Roo (sureste), dijo a EFE que aunque Naia es un solo individuo, "probablemente refleja la población de la cual formó parte".

Al mismo tiempo, añadió, Naia -llamada así por las náyades, ninfas acuáticas de la mitología griega- "no representa el común denominador" de las seis osamentas de similar rango de antigüedad que han sido descubiertas en la misma región.

"Está muy bien conservado (el esqueleto), y es la única mujer joven que nos está narrando una historia del inicio de la edad reproductiva que otras osamentas no pueden comunicar", refirió la maestra en arqueología y doctora en antropología.

Naia, cuyo descubrimiento fue anunciado en 2014, se hizo célebre como el esqueleto humano más antiguo, completo y genéticamente intacto hallado en el continente americano.

Estudios científicos en México, Estados Unidos y Canadá determinaron que Naia era una adolescente de 15 o 16 años que vivió hace entre 12.000 y 13.000 años.

Pero más significativamente, análisis de ADN mitocondrial la sitúan como el eslabón que vincula a los más antiguos pobladores de América con los grupos indígenas contemporáneos del continente.

Uno de los hallazgos más reveladores derivado del estudio de su hueso púbico sugiere que la joven muy probablemente dio a luz meses antes de fallecer.

Asimismo, el estudio de sus huesos largos reveló marcadas zonas de inserción muscular en las piernas, lo que sugiere que caminaba grandes distancias, así como líneas de Harris, que se forman en periodos de grave carencia alimentaria.

"Uno de los hallazgos más curiosos de Naia sobre los que ya tenemos explicaciones potenciales es la falta de desgaste dental. Esto nos está hablando de una dieta quizá no tan vinculada a cereales sino escasa, basada en frutos y alimentos protéicos", refirió Tiesler, investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán.

El hecho de que la joven padeciera de episodios de estrés nutricional cuando vivía en una zona cercana al mar, donde presumiblemente tendría acceso a alimentos todo el año, ha hecho pensar a los científicos que estos recursos no formaban parte de su dieta.

De acuerdo con la experta, todos los grupos de aquella época en México eran cazadores recolectores. "La pregunta importante es qué tan especializados eran en aquel entonces. Se ha hablado de la dicotomía entre cazadores recolectores marítimos y los de tierra adentro", expuso.

"Aparentemente cuando hablamos de la antigüedad de Naia, podemos ya hablar de una incipiente diversidad, tanto poblacional como subsistencial", dijo Tiesler.

Respecto a si Naia y sus contemporáneos representan a los primeros pobladores de México, la especialista replicó: "Francamente lo dudo mucho, simplemente porque existen muchos contextos arqueológicos todavía más antiguos".