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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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DESDE AFUERA

Crece en Estados Unidos una fuerza antifascista

Crece en Estados Unidos una fuerza antifascista
Un movimiento sin líderes visibles, reactivo a los supremacistas blancos y anticapitalista recorre Estados Unidos. Desde que enfrentó a los racistas y neonazis en Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto - cuando estos grupos marcharon por la ciudad y uno de ellos mató con su auto a una mujer e hirió a 19 personas más - el AntiFa despertó un debate en la sociedad sobre la legitimidad de sus métodos.

Se hace llamar así por su apócope de antifascista. Sus militantes abrevan en distintas tradiciones de la izquierda. Desde el anarquismo al socialismo. Pero, además, pelean por un combo de causas como el respeto a la diversidad sexual y el ambientalismo. Creen en la violencia como fórmula para defenderse de la ultraderecha en las calles y eso los diferencia de las antiguas luchas por los derechos civiles. Se cubren el rostro con pasamontañas, usan palos y gas pimienta. Pero, sobre todo, si tienen que molerse a piñas con seguidores del Ku Klux Klan lo hacen sin complejos. 

La aparición del AntiFa para neutralizar algunas marchas o actos convocados por sectores racistas, abrió un debate en la izquierda estadounidense. El lingüista Noam Chomsky criticó al movimiento en The Washington Examiner, que tituló su entrevista: “El AntiFa es un gran regalo para la derecha”.

Mark Bray, un joven historiador y exvocero de los ocupas de Wall Street, publicó el libro AntiFa: el manual del antifascismo. Defiende al movimiento en sus páginas cuando dice que “después de Auschwitz y Treblinkalos antifascistas se comprometieron a luchar hasta la muerte contra los nazis organizados para decir cualquier cosa”. Por fuera de ese espacio, donde hay interpretaciones diferentes, la líder del partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió que los arrestaran y encarcelaran. Le dijo al Denver Post que ”muchos de ellos son socialistas, marxistas”. 

Bray remonta los orígenes del AntiFa al advenimiento del fascismo y el nazismo en la Europa previa a la Segunda Guerra Mundial. En su libro describe un episodio emblemático de la lucha contra esos totalitarismos: la batalla de Cable Street, en el multirracial barrio East End londinense. Ocurrió el 4 de octubre de 1936 y fue cuando una alianza espontánea de judíos, comunistas, estibadores irlandeses y futuros brigadistas de la guerra civil española detuvo una marcha de la Unión Británica de Fascistas de Oswald Mosley por el lugar. Lo hicieron con barricadas, piedras, palos, botellas y hasta cajones con frutas podridas.

Militantes del AntiFa que aceptaron hablar con la prensa de su país, creen que el ciudadano norteamericano “está empezando a entender que a los neonazis no les importa si eres tranquilo o pacífico”, como comentó Emily Rose Nauert. La joven de 20 años se hizo famosa muy a su pesar cuando un supremacista blanco le dio una trompada en la cara cerca de la Universidad de Berkeley, California, en abril. La agresión fue filmada y ella la enmarcó en “la guerra frontal” con los grupos de la ultraderecha. Otro joven que eligió ponerse el nombre de Frank Sabaté –por Quico Sabaté, un anarquista catalán que murió baleado por la policía franquista en 1960– declaró a  The New York Times: ”en Charlottesville no me avergüenza decir que no titubeamos en defenderos”. Aludía a los racistas que portaban palos, escudos y banderas confederadas.

(Tomado de Página 12)