Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:16

LA PRODUCCIÓN LOCAL NO ABASTECE LA DEMANDA

El vino qhochala se hace con 85 por ciento de uva tarijeña

Las bodegas pagan un monto por la fruta y otro por el traslado hasta el departamento. Piden a las autoridades que impulsen el cultivo de vid. 
El vino qhochala se hace con 85 por ciento de uva tarijeña



La cantidad de vid que se produce en el Valle Alto y Bajo de Cochabamba no abastece la demanda de las bodegas departamentales.

La producción local de esa fruta solo cubre cerca del 15 por ciento del requerimiento total de uvas que se precisa para hacer vino con sello qhochala.

Debido a este déficit de uva, la mayoría de las bodegas departamentales opta por comprar uva tarijeña. No obstante, el presidente de la Asociación de Viticultores de Sipe Sipe y gerente de Bodegas Dolz, Wildo Dolz, indicó que traer uvas desde ese departamento requiere mayor inversión económica.

Y es que, las bodegas de Cochabamba compran la uva tarijeña “puesta en campo”. Es decir, deben encargarse de todos los costos de traslado desde esa región hasta Cochabamba.

INCENTIVO Para promover el cultivo de uvas en Cochabamba, y así reducir la dependencia de la uva tarijeña, la Asociación de Viticultores de Cochabamba solicitó respaldo de las autoridades locales.

Dolz indicó que la Alcaldía de Sipe Sipe les provee plantines, además brinda asesoría y otros beneficios al sector.

La intención es que ese respaldo también se replique en municipios del Valle Alto y otros municipios del Valle Bajo, donde las condiciones de la tierra son ideales para el cultivo de vid.

Dolz recordó que, en los inicios de la viticultura, Capinota tenía plantaciones que “se trepaban de los molles”. Planteó que se recupere esa tradición y que Cliza se incluya a la lista de productores de vid.

Sugirió además que las alcaldías correspondientes busquen asesoría para impulsar ese tipo de cultivos en sus regiones.

DEDICACIÓN Si bien el negocio de la uva parece ser rentable en Cochabamba, empezarlo implica dedicación sin retribución alguna. Dolz contó que, una vez que se inicia la producción de vid, los agricultores no obtienen frutos durante los siguientes tres o cuatro años.

No obstante, ese período es crucial porque de lo bien que se lo ejecuten dependerá el éxito de la cosecha venidera.

La mayoría de los agricultores deserta en esa fase, lamentó Dolz, pero los que perseveran, tienen frutos garantizados por los siguientes 30 a 40 años continuos. Generalmente, una hectárea da hasta 20 toneladas de uva, pero eso es a partir del cuarto o quinto año de cultivo.

Exportación

Ninguna bodega de Cochabamba incursionó en la exportación de vino, de acuerdo con información de la Cámara de Exportadores.