Al fin, el pasado jueves 17 se dio inicio oficial a la segunda obra más importante para Cochabamba (después de Misicuni), como lo es el tren metropolitano, que en su primera fase vinculará preponderantemente, de este a oeste y viceversa, a seis de los siete municipios que conforman Kanata. Con la perspectiva a futuro de otras fases para vincular con el tren la región de norte a sur; desde Tiquipaya hasta el Valle Alto y hacer otras extensiones como a Colomi, por ejemplo.

Sea como fuere, lo real e importante es que se empezaron obras con una inversión financiada plenamente por el Tesoro General de la Nación (TGN) de 447 millones de dólares, situación que exime a los municipios beneficiarios de su cuota económica que en rigor les corresponde. Además, de prescindir de los siempre problemáticos y nada transparentes pagos de intereses por préstamos de financiamiento a otras fuentes.

Sin embargo, llama la atención dos aspectos extremos que se evidencian en nuestro medio por el “desconocimiento” de este megaproyecto por parte de la gran mayoría de la sociedad cochabambina.

Por un lado, de los que se oponen a esta importante obra, en el puro estilo del tradicionalismo de antaño, “no sé de qué se trata, ¡pero me opongo!”, donde caben bastantes actores políticos que increíblemente se esfuerzan por espantar esta inversión de Cochabamba.

Por otro lado, están los promotores de este proyecto, que a tiempo de inaugurar obras anuncian que recién van a socializar este proyecto con el Consejo Metropolitano.

Entonces, con razón los vecinos (no los dirigentes políticos) expresan sus susceptibilidades. ¿Cómo afectará el paso del tren por el frontis de mi calle? ¿Cuáles son los espacios de protección física, de seguridad, de paso peatonal, para los niños, personas mayores, etc.? ¿Qué pasará con el ruido de día, de noche? ¿Cuáles son los horarios, frecuencias, etc.? Respuestas a cuestionantes que la población tiene derecho a conocer, sin necesariamente oponerse a la obra y mucho menos a los efectos positivos y multiplicadores de toda inversión social.

A grosso modo, se sabe que será un servicio de 12 trenes, con 3 líneas (roja 5 km, amarilla 10 km y verde 27 km), con 43 estaciones, de 80 km de velocidad y una red de 43 kilómetros.

En ese sentido, son urgentes y necesarias las explicaciones.