Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 19:01

DESDE EL CUARTO PROPIO

Feminicidio, no enfermedad

Feminicidio, no enfermedad
Una vez más nuestro sistema de justicia da señales de lo que ya, para muchos, es un lugar común, la justicia en nuestro país tiene graves problemas que, aunque son estructurales, día a día restringen el derecho a acceder a la justicia de nuestra población. Peor es la situación de las mujeres, porque adicionalmente, funcionarios y administradores de justicia (mujeres y hombres) no cuentan con la sensibilidad ni especialización mínima requerida para tratar adecuadamente las situaciones de violencia que son el pan de cada día.

Para muestra un botón. El caso de María Isabel Pilco, cuyos familiares peregrinaron tres años entre los pasillos de los juzgados para encontrarse con la sentencia que absuelve a David Viscarra del delito de feminicidio. María Isabel Pilco había denunciado reiteradas agresiones de parte de su pareja, una de ellas le produjo la hemorragia interna que la llevó al hospital y que derivó en su muerte.

Organizaciones que trabajan en la defensa de los derechos de las mujeres han denunciado las irregularidades que se presentaron en el proceso judicial: valoración arbitraria de pruebas; anulación de la declaración en vida de la víctima, que relata una historia de constante violencia y que no fue considerada por los jueces (Perales y Quiroga) que atendieron la causa; no se aseguró la presencia del médico forense que practicó la autopsia para declarar en juicio, encubriendo la figura de feminicidio bajo el falso argumento de que presentaba una enfermedad terminal.

Estas son expresiones del patriarcalismo que prevalece en nuestra sociedad y particularmente en el sistema de administración de justicia, que continúa emitiendo sentencias con marcados sesgos machistas, ignorando la Ley 348 y dejando un negativo precedente para la justicia boliviana.

Un largo camino queda todavía por recorrer. La familia ha presentado un recurso de apelación demandando la anulación del juicio; instituciones y organizaciones de mujeres se han articulado para apoyar las acciones legales y de denuncia del caso; la Asamblea Legislativa Plurinacional ha iniciado una auditoría legal.

Mientras tanto, Viscarra circula libre y el espíritu de María Isabel deambula en busca de justicia, esa que dicen tarda pero llega, para finalmente descansar en paz.