El Real Madrid, que disfruta de un momento histórico con la conquista de dos Ligas de Campeones consecutivas y la Liga, más un inicio de temporada en el que tiene a tiro ganar las dos Supercopas, recibe a un Barcelona que no se da por vencido tras el 1-3 de la ida y buscará la gesta.

El fútbol es un estado de ánimo. En el presente, el del madridismo está por las nubes y el del barcelonista, tocado. Así se reflejó en la ida de la Supercopa de España, la oportunidad perfecta para despertar del golpe de perder a Neymar para el Barça, ante su eterno enemigo.

No se fían Zinedine Zidane ni sus jugadores, que perdieron el último clásico del Santiago Bernabéu en el último minuto, de un Barcelona herido en su moral y en reconstrucción. La consigna de vestuario es salir a ganar, a hurgar en la herida y conseguir el segundo título de un reto casi imposible, un sexteto.

El clásico llega inevitablemente marcado por la polémica de la ida, la expulsión de Cristiano Ronaldo y su reacción con un empujón al colegiado. Cinco partidos de sanción son el duro castigo que ha encendido al madridismo.

Aunque la baja de un miembro de la BBC, por otro lado, es un quebradero menos de cabeza para Zidane a la hora de mantener el sistema que funciona, con cuatro centrocampistas y un Isco Alarcón instalado en la excelencia. Debe decidir el técnico si mantenerlo o darle descanso para la titularidad de Marco Asensio quien firmó en el Camp Nou.

Tras caer por 1-3 en la ida, el Barcelona sabe que solo una gesta le permitirá revalidar la Supercopa.

Trabaja para cubrir la baja de Neymar y, para ello, se llevó a Paulinho.

10 Trofeos

El conjunto que conduce el francés Zinedine Zidane va en busca de su décima Supercopa. Tiene dos menos que el elenco dirigido por Ernesto Valverde. Ambos clubes están lejísimos del Atlético de Madrid, que solo cuenta con tres en su haber.