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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Bolt dice adiós de la manera más cruel y hay tristeza mundial

El jamaiquino, quien siempre quiso ser recordado como leyenda, se lesionó ayer en la última carrera de su vida. Se trastabilló en los 4x100 y no pudo seguir. 
Bolt dice adiós de la manera más cruel y hay tristeza mundial



Fue la despedida más dolorosa. El jamaiquino Usain Bolt, once veces campeón mundial y ocho olímpico, clausuró ayer en Londres su carrera rodando por la pista lesionado en plena recta final, cuando había recogido el testigo en tercer lugar en la final de relevos 4x100.

A media recta, Bolt se trastabilló y cayó entre gestos de dolor. Allí permaneció, ocultando su cara con las manos, antes de incorporarse para entrar caminando en la meta.

La medalla de oro fue para Gran Bretaña, que con un crono de 37.47 batió al equipo favorito, Estados Unidos (37.52), y a Japón (38.04).

Un adiós doloroso para el atleta más grande de todos los tiempos, que se acercó lentamente a la meta acompañado por sus tres compañeros de relevos en la escena más dramática de los campeonatos del mundo.

El público británico, que lloró la lesión de Bolt, encontró consuelo con la victoria de los suyos. Chijindu Ujah, Adam Gemili, Daniel Talbot y Nethaneel Mitchell-Blake lograron la hazaña de batir a un cuarteto que contenía al campeón y al subcampeón del mundo, Justin Gatlin y Christian Coleman.

El mundo seguirá girando después de Bolt. La evidencia, recalcada por el presidente de la IAAF, Sebastian Coe, cada vez que se le pregunta por el futuro sin el astro jamaiquino, se ajusta al engranaje del planeta, pero es dudosa para el ámbito del atletismo.

El rey de los deportes, sumido en una crisis desde hace lustros y con la imagen destrozada por el dopaje, se queda huérfano con la retirada del hombre sobre cuyas espaldas ha gravitado el crédito del atletismo desde hace 10 años.

Cuando el juez de salidas Jordi Roig efectuó el disparo que ponía en marcha la final de 4x100 metros, las gradas abarrotadas del estadio estallaron en un rugido atronador.



El clamor no perdió un solo decibelio de intensidad hasta que el cuerpo de Bolt dijo basta a media recta. Ahí empezaron a oírse los lamentos, antes de recuperar el entusiasmo al ver que quienes ganaban eran los suyos.

Bolt ha ilustrado miles de portadas con poses espectaculares, números coreográficos, con su enorme corpachón lanzado a toda velocidad hacia la meta por las calles centrales, varios metros por delante de todos los demás.

Los aficionados siguieron en Londres con el corazón en un puño, sobrecogidos por la emoción y conscientes de estar asistiendo a un acontecimiento histórico, la última carrera del hombre que siempre quiso ser una leyenda del deporte y trabajó muy duro, destrozándose la espalda, para convertirse en mito.

Su trayectoria descomunal se extinguió en el mismo estadio de Stratford que cinco años atrás fue el escenario de su segunda exhibición olímpica.

Los Mundiales de Londres 2017 pasarán a la historia por un adiós: la despedida del más grande al cabo de 10 años majestuosos desde los Mundiales de Osaka 2007, donde, con 21 años, asomó la cabeza con una medalla de plata en 200. Solo le batió el estadounidense Tyson Gay, que vivió su momento de gloria con el doblete de la velocidad.

Nunca más volvió a ser derrotado en grandes campeonatos. Ocho títulos olímpicos y once mundiales resumen la órbita que fue a morir en la capital británica.

Racha

No han sido unos buenos meses para Bolt. Recientemente, el atleta perdió a uno de sus mejores amigos.