Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 18:38

AL MENOS 20 PROPIETARIOS DE HORNOS DE LA ZONA SUR TIENEN SUS FÁBRICAS EN OTROS MUNICIPIOS. EL SECTOR ES UNO DE LOS MÁS CONTAMINANTES DEL AIRE, DESPUÉS DEL TRANSPORTE.

Ladrilleros de Champarrancho operan en Colcapirhua y San Benito

Ladrilleros de Champarrancho operan en Colcapirhua y San Benito



El humo negro de una fábrica artesanal de ladrillos nos guía hasta un horno en pleno proceso de encendido. Dos obreros alimentan el fuego con leña y la propietaria vigila la faena. No quiere identificarse, pero indica que es de Champarrancho, aunque asegura que ahora solo tiene la ladrillería allí, en Esquilán Grande, en Colcapirhua.

Sin embargo, se conoce que al menos 20 propietarios de las ladrillerías instaladas al sur de la ciudad también cuentan con hornos en los municipios de Colcapirhua y San Benito (Valle Alto) donde funcionan a leña y a cielo abierto. Los dirigentes admiten que algunos tienen fábricas artesanales y otros solo terrenos.

En las últimas semanas, el sector realizó movilizaciones en rechazo de su traslado a otra zona porque argumentaron que era su única fuente de subsistencia y propusieron el cambio de tecnología para reducir la contaminación ambiental.

La actividad es la segunda más contaminante de la ciudad, después del transporte automotor. Según datos de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire (MoniCA), en el lugar se genera 155 microgramos de material particulado por metro cúbico, cuando el límite máximo establecido por la normativa es de 150.

La Contraloría Nacional emitió un informe en 2014 exigiendo que se implementen medidas de mitigación para este sector, debido a la alerta de la Organización Mundial de Salud (OMS) sobre el elevado índice de polución del aire y sus efectos negativas a la salud.

El dirigente de los productores de ladrillo de Cochabamba Félix Maita admite que son cerca de 20 los asociados que tienen hornos en Colcapirhua y San Benito. Dijo que algunos construyeron hornos y que otros solo cuentan con terreno para implementar las fábricas a futuro.

Dice que algunos buscaron alternativas en caso de que se concrete su retiro de la zona. Su organización está integrada por 75 asociados que operan hornos semi artesanales y que con el paso de los años han quedado en medio de edificaciones, debido al cambio de uso de suelo de agrario a urbano. Ocupan las Organizaciones Territoriales de Base (OTB), San Joaquín, Cerro Blanco y Champarrancho donde viven cerca de 4.500 personas.

Si bien el funcionamiento de los hornos en el municipio de Cochabamba es a gas y el tiempo de quema es de tres días, los vecinos reclaman por el humo que emiten, especialmente los últimos días.

La situación en Colcapirhua es diferente, allí los hornos funcionan a leña y a cielo abierto. El tiempo de quema es más largo, cerca de una semana.

Los siete días se observa el humo y se siente el olor de ceniza. En el lugar se hace dificultosa la respiración y la ceniza se impregna totalmente.

Los socios del Sindicato de Productores Artesanos de Ladrillo Esquilán Grande, en Colcapirhua, reclaman porque en el lugar se han instalado ladrilleros de Champarrancho que realizan una actividad intensiva. El dirigente Félix Choque asegura que solo llegan al lugar a quemar el ladrillo. “Son al menos 20 que contratan obreros para mantener encendido el horno y solo aparecen para recoger el material”, dice.

La denuncia de los ladrilleros es corroborada por el jefe de Medio Ambiente de la Alcaldía de Colcapirhua, Ciro Bascopé Galarza, quien dice que entre los socios hay al menos 20 que son de Cochabamba.

VALLE ALTO Una situación similar se presenta en el Valle Alto. El jefe de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Alcaldía de San Benito, Romer Castro Pereira, informa que en el lugar existen productores de ladrillo de Cochabamba.

Explica que en el municipio se han conformado dos asociaciones de ladrilleros que administran más de 50 hornos, la primera está integrada por gente de la zona que tiene sus fábricas hace décadas, pero la segunda es mixta, es decir, con gente del lugar y con socios de Cochabamba. Castro calcula que son 15 los ladrilleros que llegaron de la ciudad.

Todos funcionan artesanalmente, pues en el lugar no se cuenta con instalaciones de gas natural. Se quema a leña y a cielo abierto.

En el municipio de Sacaba se presentó otro escenario. La directora de Medio Ambiente de la Alcaldía de Sacaba, Dora Claros, dice que identificó el alquiler de los hornos de los lugares por personas de otros municipios. Como freno, se reglamentó su prohibición.

El dirigente de la Asociación de Ladrilleros de Chacacollo, Quintanilla, Esmeralda y Oroncota, Filiberto Guerra, aclara que se acata la determinación municipal.

Medición

Ni las Alcaldías ni la Gobernación de Cochabamba cuentan con aparatos de medición de la contaminación del medio ambiente.

Apuntes

Gases

La emisión de los gases de las hornos de la zona sur de Cochabamba llega a 6.000 miligramos de monóxido de carbono por metro cúbico y lo establecido en el Reglamento Ambiental para el Sector Manufacturero (RASIM) es 100, de acuerdo a información de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire (MoniCA). Los demás municipios no cuentan con los equipos para realizar la

medición de la contaminación atmosférica.

Avance

La Agencia de Cooperación Suiza Swisscontact capacitó a los ladrilleros de la zona de la sur en estrategias de mitigación de la contaminación ambiental.

Junto a la Universidad Católica Boliviana (UCB) se trabajó en la implementación de un horno ecológico piloto, pero no funcionó. Los productores explicaron que la calidad del producto no era buena y se lo desestimó,

Urbanización

La situación de las ladrillerías de Cochabamba y Colcapirhua es similar en sentido en que se encuentran en zonas urbanas y pobladas.

Llegar a los hornos de la zona sur de Cochabamba toma 20 minutos desde el centro de la ciudad, y en el caso de Colcapirhua se encuentran a un kilómetro de la Plaza Principal del pueblo.

Los vecinos presionan para que los ladrilleros sean reubicados porque sufren los efectos de la contaminación de día y de noche.

Una vecina de la zona de Esquilán Grande, de Colcapirhua, reclama porque su casa está catalogada como de zona urbana y a pocas cuadras funcionan las fábricas artesanales.

Demanda

Los productores de Esquilán Grande dicen que los constructores prefieren el ladrillo tipo gambote hecho con leña porque es de mejor calidad. Aunque admiten que los hornos semiartesanales generan pérdida porque no todos salen “de primera”.

Sin fronteras

La secretaria de los Derechos de la Madre Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo, expresa su preocupación por la problemática porque”la contaminación no tiene fronteras y no discrimina las jurisdicciones municipales”.