Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 21:40

Jefe

Kamachiq. Jefe es la persona que está a la cabeza de una organización; el director, dirigente, alcalde, gobernador, magistrado, ministro o presidente. El jefe es un verdadero líder, un ejemplo a seguir, un referente personal con una conducta intachable de ética y moral, una excelente persona. En el mundo empresarial, académico y educativo, es un profesional que tiene conocimientos superiores de lo normal, un especialista en su campo. En resumen, gran parte del éxito organizacional está en las manos del jefe.

Kamachiq kayqa sut’in parlaspa mana jasachu. Kamachiqman sumaq yachakunayuq, pichus kikinchay, sumaq yachaykunayuq kawsanapaq, umayuq ima chay chayan. (Ser jefe no es fácil. Llega a ser jefe el que tiene buenos conocimientos, el que es ejemplo, el que tiene valores y es líder).

Jefe es el grado mayor en la escala profesional, dirigencial y político. En mi formación profesional, aprendí que jefe es el equivalente a gerente, gestor y líder.

En el plano político, de militancia y de dirigencia, en los últimos diez años del Proceso de Cambio, como llama el Gobierno a la realidad del Estado Plurinacional, se viene registrando un fenómeno medio raro, pero real, que todos quieren ser jefes.

Tukuy mayqinkunachus Gobierno ñisqamanta kachkanku, kuman kamachiq kayta mask’achkanku; chaypaqtaq, yachaykuna, chiqan kay ima mana chaninchakunchu, chayrayku mana nima waliqchu kachkan (Todos los que están con el Gobierno ahora están buscando ser jefes. Para eso, los conocimientos y la ética no son valorados. Por eso, nada está bien).

Los jefes en el actual sistema educación, con el modelo educativo socio comunitario productivo y con el Profocom como su brazo operativo, inventaron un nuevo paradigma para ser jefe: no es requisito saber, sino ser militante, simpatizante o adulón.

Los actuales jefes de Educación fustigaron y maldijeron a la Ley 1565, siendo inclusive parte de ella. Los jefes de esa reforma educativa neoliberal prepararon a los asesores pedagógicos y a los directores para implementar la ley. Sabían operativizar, prestaban el apoyo al profesor en aula, acompañaron el proceso con material pedagógico, reglamentaron el funcionamiento de las juntas escolares, obligaron a trabajar en dos idiomas, la lengua originaria y castellano, y finalmente no improvisaban nada.

Ahora contamos con licenciados, diplomados, magísteres hasta doctorados en el modelo socio comunitario productivo, pero no encontramos ni un jefe.