La oftalmóloga inglesa Rupal Morjaria se vio obligada a detener la operación de cataratas de una paciente de 67 años tras descubrir una masa de 17 lentes de contacto en los ojos de esta. Según las declaraciones de la doctora, la paciente habría achacado las molestias causadas por los lentes «a problemas propios de la edad».

Morjaria atestiguó el incidente con gran sorpresa. «Nos quedamos perplejos al saber que la paciente no sentía ningún tipo de molestia», afirma. La oftalmóloga detuvo el proceso de operación a riesgo de causarle una oftalmitis a la paciente, enfermedad que podría haber adquirido por la acumulación de bacterias u hongos en las lentillas.

La doctora Rupal ha justificado que semejante suceso no se encuentra relacionado con ella ni con la operación. «Hoy día es muy fácil adquirir los lentes de contacto. La gente se vuelve laxa y no se hace chequeos», argumenta. Según ella, el uso de estos lentes debería conllevar un uso más responsable para evitar este tipo de incidentes.