Ayer empezó el juicio por el feminicidio de Marina Marzana Ventura, un crimen que pudo evitarse si la Fiscalía imputaba por violencia doméstica y detenía al agresor de la víctima, cuando ella lo denunció y aún estaba viva.

Una vez más, los padres de Marina Marzana relataron la tragedia que les tocó vivir cuando su hija convivió con Freddy Wilmer Q.R. La joven de 24 años era golpeada, intimidada, amenazada e insultada por su pareja. Ella lo denunció ante módulos policiales y la EPI Sur, pero debido a que su violencia fue en aumento, en agosto de 2015 ella y sus padres lo denunciaron ante la Fiscalía y presentaron un certificado forense que le otorgaba 10 días de impedimento, tras una brutal golpiza.

Tras la denuncia, Freddy Q.R. la amenazó de muerte y Marina temía por su bebita de un año. Pidió medidas de protección. La fiscal que se hizo cargo del caso, Janeth Álvarez, tenía seis meses para investigar, pero dos meses después de la denuncia, el 20 de octubre de 2015, rechazó la misma alegando que no existían suficientes elementos de convicción. Según la fiscal, la víctima “se perdió”, no contestó en su celular ni fue hallada en la dirección de su casa, lo cual fue desmentido por el padre de Marina. Nunca notificaron a Freddy Q.R. con la prohibición de acercarse a su víctima. El 24 de abril de 2016, Marina Marzana fue asesinada con golpes de piedra por su expareja. Ayer, los investigadores relataron la historia en el juicio.