Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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DE FRENTE

Justicia venida a menos

Justicia venida a menos
El experimento de la elección de magistrados de las altas cortes del sistema de justicia, entusiastamente impulsada por el Movimiento Al Socialismo y sus aliados, con el rimbombantes adjetivos como “histórico” y “único en el mundo”, fue un fracaso absoluto, tal y como preveíamos quienes nos oponíamos a tan descabellada idea, lo que nos valió el etiquetamiento de “derechitas, conservadores, capitalistas”. A estas alturas de los acontecimientos, ya nadie duda de los desastres que ha provocado en la sociedad boliviana esa “novedosa” forma de elegir a magistrados del Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Agroambiental y a los miembros del Consejo de la Magistratura, peor aún cuando estos lo que recibieron del sufragio ciudadano fue el rechazo, expresado en porcentajes ridículos del total de votos emitidos. Fueron tan pobres los méritos demostrados que no lograron ganarse la valoración y la estima de la población, ni siquiera de aquellos que por consigna político partidaria se vieron obligados a marcar los nombres en la papeleta de voto.

Lo peor de todo es que, no obstante el bajo nivel de aceptación con el que llegaron a sus cargos, ninguno hizo esfuerzo alguno para que la opinión pública empiece a valorarles y reconocerles como autoridades respetables. Muy al contrario, se esforzaron en hacer méritos ante el poder político, mostrándose serviles hasta la indignidad. Se enfrascaron en peleas internas, en manipular a sus inferiores en jerarquía, en explotar a profesionales contratados para que les elaboren los proyectos de resolución a pedido de quien da más y, como se dice en pasillos de tribunales, pusieron cargos en subasta sin el menor recato.

Hoy, después de los interminables lamentos y promesas de mejorar los mecanismos de selección expresados por el Presidente, Vicepresidente y Ministro de Justicia, empezamos el proceso con los mismos vicios que el anterior. Tempranamente, se ha puesto en evidencia que lo que menos desea tener el gobierno es un Órgano Judicial independiente, idóneo y respetable. En las listas de postulantes, salvo honrosas excepciones, encontramos profesionales que no dan la talla ni para funcionarios auxiliares de la judicatura; pero, como el mensaje oficial del “todo vale” está vigente, se presentaron porque consideran suficiente mérito pertenecer a uno de los grupos del partido y tener el aval de algún dirigente. Así de venida a menos se halla la justicia. Lo alarmante es que, como sociedad, no caemos en cuenta de que la pasividad con la que observamos este proceso tendrá gravísimas consecuencias sobre la vida y el patrimonio de quienes vivimos en Bolivia.