Una vecina de la localidad de El Paso relató ayer que oyó gritar al niño Neymar, de tres años, pero jamás imaginó que iba a ser asesinado.

La mujer contó que en la zona todos se levantan muy temprano a barrer, a cuidar de los cultivos o rumbo al trabajo. “Lo vi al padre salir a las seis de la mañana y después le oí gritar al niño, ha llorado fuerte, pero luego se calló y yo pensé que se había calmado, como otras veces”, describió apesadumbrada. Luego de desayunar, el niño acostumbraba salir a jugar, pero el 20 de junio no salió. “Creí que era por el frío. Al mediodía, la madrastra salió con la bebé y un bolsón. La vi tomar el trufi 123. No me imaginaba lo que pasó con esa wawa”, describió.

El comandante de la Policía de Quillacollo, coronel José Borda, dijo que se extreman esfuerzos para hallar a la madrastra de Neymar. De acuerdo a la hipótesis que manejan, la mujer esperó que el padre se fuera a trabajar como albañil, para sumergir al niño en una bañera, por la fuerza. Al hacerlo, le causó una herida pequeña en la nariz y detrás de la oreja. Tras ahogarlo, le cambió de ropa, lo dejó en la cama, como si durmiera, y huyó. El padre de Neymar, sin emociones visibles, dijo que su pareja “era caprichosa” y temía que también hubiera matado a su hija de cuatro meses.