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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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MIS CIRCUNSTANCIAS

SOS para el deporte asociacionista

SOS para el deporte asociacionista
A menos de un año de los Juegos Suramericanos 2018, espanta la situación del deporte asociado en Cochabamba, que está librado a su suerte, sin más ayuda que la de los pocos dirigentes, padres de familia y deportistas.

La bonanza nunca favoreció a las entrañas del deporte competitivo porque, mientras se construían canchas sintéticas en los lugares más remotos, ni se comenzó a planificar la preparación de los talentos para equipararse con representaciones de otros países del continente.

La situación de orfandad en que se debaten los deportes que controlan las asociaciones no es letal. Estos sobreviven por el ímpetu de la juventud y el compromiso de los sujetos ya mencionados.

Con una nueva ley y un reglamento sin aplicación, bajo el pretexto de que federaciones y asociaciones deben primero cumplir con requisitos que implican gastos, los deportistas, solo en Cochabamba, no reciben subvención alguna del aparato estatal.

Cuánta diferencia hay con Santa Cruz u otros departamentos del país, que tienen el apoyo necesario o suficiente de sus gobernaciones o alcaldías.

Logrado el objetivo de asfixiar a la Asamblea del Deporte, que ya no está contemplada en las normas nacionales, cada asociación debería hacer prevalecer su derecho de recibir apoyo de los organismos del Estado, sin necesidad de firmar convenio alguno.

La organización de asociaciones municipales, por lo menos en la primera etapa, debería ser una de las obligaciones de las alcaldías.

Con las normas rígidas aprobadas, será cada vez más difícil que ciudadanos que gustan del deporte incursionen en la dirigencia deportiva como voluntarios, lo que orienta a pensar en funcionarios rentados, que se ocupen de organizar e impulsar la actividad deportiva en sus municipios.

Tiene un significado simbólico que la situación de abandono del deporte (que brindó tantos motivos de orgullo a Cochabamba) coincida tristemente con el espantoso deterioro de la Casa del Deportista, que dirigentes visionarios lograron hace casi cinco décadas.

Increíble, pero cierto es que, en esta agobiante crisis, Cochabamba sea pronto la sede de un acontecimiento de la magnitud de los Juegos Suramericanos, que dejarán una herencia sobre la que se debe iniciar un nuevo ciclo, para recuperar el rótulo de semillero del deporte boliviano.