Opinión Bolivia

  • Diario Digital | lunes, 18 de marzo de 2024
  • Actualizado 22:41

EL ARQUERO COSTARRICENSE, CONOCIDO POR SUS CREENCIAS RELIGIOSAS, SE RAPÓ LA CABEZA EN APOYO A LOS NIÑOS CON CÁNCER. LA CONSOLIDACIÓN MUNDIAL DE UN TICO QUE VENCIÓ TODO.

Navas, su fe y un gesto de amor

Navas, su fe y un gesto de amor



El costarricense Keylor Navas, guardameta del Real Madrid, se rapó la cabeza tras la consecución del título de Liga en Málaga en homenaje a los pequeños que pelean contra el cáncer.

“Me corté el pelo por los niños que luchan contra el cáncer en el hospital. Por sus familias, para que sigan luchando”.

Navas, quien aseguró que su intención es continuar en el Real la próxima temporada, precisó que le había dicho a Dios que si ganaban un título se lo dedicaba a los niños y así hizo en el mismo vestuario del club malaguista.

La fe en sí mismo y en Dios ha marcado la difícil temporada del portero, hasta que el domingo, con la Liga en sus manos, la culminó con la doble declaración de principios de la confianza en sí mismo y su concepto trascendental de la existencia.

El paradón providencial que le hizo al delantero del Málaga Sandro Ramírez cuando la Liga aún no estaba decidida fue la primera de otras tantas de una actuación estelar con la que el guardameta tico volvió a reivindicarse ante quienes no paran de buscarle sustitutos.

Navas fue y es “el portero número uno” del Madrid, como subrayó en su día Zinedine Zidane ante el enésimo debate abierto en la portería blanca en uno de los momentos de la temporada en los que el costarricense fue sustituido por Kiko Casilla.

Sin embargo, la recta final de la temporada madridista supuso la vuelta de la mejor versión de este portero, que rubricó su segundo año en el club de Concha Espina con su primera Liga y presentó sus cartas credenciales para hacerse con el doblete en Cardiff ante la Juventus en la final de Champions.

La imagen orante de Keylor, arrodillado y con los brazos abiertos, es un clásico en los partidos del Madrid desde que fichó hace dos años al costarricense, quien el domingo devolvió sus plegarias con un gesto de agradecimiento a Dios y un homenaje a los niños con cáncer.

Lo que para otros jugadores es mero entretenimiento y pose divertida, para Keylor es agradecimiento a Dios, que ha sido la guía de su vida personal y profesional desde que pasó de ser un héroe nacional con el equipo más laureado de su país, el Deportivo Saprissa.