Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

HOY DEBIÓ CANCELAR UNA CENA CON SUS SOCIOS POLÍTICOS. IBA A RECLAMAR RESPALDO A SU GESTIÓN. HUBO MÁS MARCHAS. Y EL GREMIO DE ABOGADOS PIDIÓ SU IMPEACHMENT.

Michel Temer busca aferrarse al poder, pero pierde el apoyo de sus aliados en el gobierno

Michel Temer busca aferrarse al poder, pero pierde el apoyo de sus aliados en el gobierno



Un agasajo especial montado por el presidente Michel Temer, donde estaban invitados ministros, jefes parlamentarios y los máximos dirigentes de los partidos de la coalición oficialista, terminó en un cruel fracaso. La cena se había convocado para las 19,30 de hoy en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial. El gobernante apostaba a este evento como su última chance de impedir la desaparición de su gobierno. Algunas informaciones previas hasta habían alentado las esperanzas de contar con el respaldo de sus aliados. Para Temer, un presidente acosado por las denuncias de corrupción y obstrucción de la justicia, solo quedaba el camino de pedir confianza a quienes lo acompañaron desde que asumió la jefatura del Planalto. Este domingo por la noche lo dejaron en soledad.


Las excusas de los convidados rayaron en lo ridículo. Varios de ellos dijeron que les avisaron a última hora y otros indicaron que no tenían tiempo de llegar porque estaban lejos, en las capitales de sus estados provinciales, disfrutando el fin de semana con sus familias. La disculpa parece insustentable para quienes cuentan no solo con aviones de línea sino con jets privados. La invitación había sido cursada por el ministro Antonio Imbassahy por la mañana bien temprano. Para moderar el impacto del fracaso y remon moderar el aislamiento, Temer optó por una cena íntima con algunos de los políticos que estaban en Brasilia. Consultados por el diario Folha de San Pablo, los colaboradores del presidente buscaron minimizar el hecho como apenas un “cambio de planes”.

El discurso que el gobernante había ensayado para la frustrada noche de gala guardaba las líneas del que pronunció el sábado ante los periodistas acreditados en el Planalto. Iría a retribuir con acusaciones a aquellos que lo denunciaron. Así pensaba desacreditar a la Procuración de la República que pidió, ante la Corte Suprema, la investigación de las sospechas de corrupción que recaen sobre él. Pensó que con el apoyo político que iría a obtener sería una prueba de fuerza ante el Supremo Tribunal, al que demandó que suspendiera la autorización para investigarlo.

El plenario de la Corte, con 11 jueces, debe decidir este miércoles la conducta a seguir. Pero todo lleva a pensar que los resultados no serán los esperados por el Palacio del Planalto (la Casa de Gobierno) Temer ha desplegado, en su autodefensa, el argumento del “fraude” en los audios de su conversación con el dueño de JBS, Joesley Batista. Ese diálogo, grabado por el empresario en forma secreta, ocurrió el 7 de marzo último en los sótanos de la residencia del presidente. De los audios y de la delación de Batista ante los fiscales, surge cuanto menos una complicidad presidencial con delitos tales como silenciar con grandes sobornos a una fuente peligrosa (el ex titular de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, preso en Curitiba).

En otros tramos de la grabación, el jefe de Estado recomienda al dueño de JBS que acuda a un diputado, Rodrigo Rocha, para arreglar “las dificultades” que tiene el hombre con diversos organismos del Estado. El legislador le resolvió los problemas, pero fue a cambio de una suculenta coima de 160.000 dólares semanales a lo largo de 20 años. La primera entrega fue prolijamente filmada por la policía federal. El presidente brasileño aseguró, el sábado, que las grabaciones “fueron adulteradas”. Y es cierto que algunos peritos encontraron “fragmentaciones” del audio original. Otros técnicos dicen, en cambio, que las partes que comprometería al presidente, están preservadas.

Una segunda de autodefensa de Michel Temer puede haber fracasado luego del faltazo de hoy. El gobernante pretendía demostrar que es el único político capaz de hacer votar por el Congreso las leyes de reforma previsional y laboral. Estas normas son las que más interesan al establishment económico, pero al mismo tiempo explican la impopularidad del vicepresidente de Dilma Rousseff devenido jefe del Planalto.

El desprestigio en la población y la falta de confianza que generaron las acusaciones de corrupción explican que los agentes del poder económico ya no piensen en sostener al actual presidente. Hay que tener en cuenta otros datos: la Orden de Abogados de Brasil, la más importante institución legalista del país, decidió presentar un pedido de impeachment contra el gobernante. Es la décima demanda que se formula ante la Cámara de Diputados. Otras presentaciones de diputados y partidos políticos la precedieron.

Ante esto se abre una incógnita: qué hará el Partido Socialdemócrata (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que cuenta con 52 diputados y 11 senadores. Es la segunda fuerza en importancia dentro de la alianza “temerista” detrás del gubernamental Movimiento Democrático de Brasil (PMDB). Se presume que si este sector político abandona la coalición, el presidente quedará literalmente en el aire.

Hoy, domingo, los líderes del PSDB en el Congreso habían convocado para una reunión de emergencia en Brasilia. Debían decidirse por la permanencia o el alejamiento. Pero luego resolvieron suspenderla a espera de los acontecimientos. La dirección de los tucanos (como llaman a los socialdemócratas) corre un riesgo: distanciarse de sus bases, que no concuerdan con apoyar a Temer. Ya hubo expresiones de rebeldía: el PSDB de Río de Janeiro, el segundo estado provincial brasileño, anunció que se va de la coalición con el partido de Temer.