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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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A 19 años del terremoto que devastó el Cono Sur

A 19 años del terremoto que devastó el Cono Sur
Desde el terremoto de Sipe Sipe en 1908, no se había registrado en el departamento de Cochabamba otro evento sísmico de importancia. 90 años después, en mayo de 1998, la tierra tembló en las poblaciones vallunas del Cono Sur. La madrugada del viernes 22 de mayo, la ciudadanía despertó conmocionada por un movimiento telúrico que tuvo su epicentro en las localidades de Aiquile, Totora y Mizque, a unos 150 kilómetros de la ciudad.

Los medios informativos trasmitieron noticias e imágenes insospechadas de la destrucción en dichas poblaciones. “Aiquile y Totora devastados”, tituló la edición de OPINIÓN del 23 de mayo de 1998. Enviados especiales a los poblados afectados elaboraron un amplio informe especial, en el que se dieron a conocer las consecuencias del sismo de 6.8 grados en la escala de Richter, “el mayor del siglo XX” en Bolivia, de acuerdo a los registros, que causó más de 80 muertos.

Una nota del periodista Rolando Gamarra expuso los conmovedores testimonios de los pobladores de Aiquile, quienes pasaron momentos dramáticos luchando por su vida, socorriendo a las víctimas o transportando a los heridos en medio de una destrucción que alcanzó al 80 por ciento de las edificaciones. Otro reporte, esta vez de la reportera Betty Condori, abundó en las necesidades de los sobrevivientes, así como sobre la destrucción causada en Mizque. El periodista José Novillo Guzmán, por su lado, relató lo acaecido en su natal Totora —región declarada patrimonial por su riqueza arquitectónica—, enfocándose en las dramáticas situaciones que produjo el terremoto.

En ediciones especiales, a continuación se detalló la ayuda que llegó de parte del Gobierno del presidente Hugo Banzer (y acerca de la cual después se comprobaron hechos de corrupción), así como de países amigos como Perú y México, y de organismos internacionales, tanto para las víctimas como para la reconstrucción.

Al finalizar 1998, OPINIÓN, en conjunto con otros dos matutinos del país (La Razón y El Día) publicó el libro “Terremoto, la noche más larga”, constituido por un gran reportaje del periodista Raúl Peñaranda acerca del desastre en el Cono Sur de Cochabamba.

Diez años más tarde, en 2008, el diario retornó al escenario del desastre, centrando su foco en las acciones de reconstrucción y también en las denuncias de corrupción acerca de la ayuda. En un nuevo especial, se recordaron las acciones del entonces ministro de Defensa de Banzer, Fernando Kieffer Guzmán, responsable de la cartera que se encargó de centralizar la ayuda interna y externa, como también los recursos económicos. Aduciendo la necesidad urgente de comprar una aeronave que sirva de auxilio en este tipo de desastres, el Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, adquirió un avión modelo Beechcraft 1900, con sobreprecio sustancial en relación a su costo inicial.

Después de varios años de acciones judiciales, Kieffer Guzmán fue enviado a la cárcel en 1997 por un juez en la ciudad de La Paz, aunque el exministro siempre reclamó su inocencia y dejó en el aire interrogantes por responder. Al parecer, protegía a alguien del más alto nivel político del Gobierno de Banzer e inclusive al propio general.

Aunque el dinero de la compra del avión Beechcraft 1900 fue devuelto a los municipios afectados por el movimiento telúrico y se realizaron diversas obras por parte de las alcaldías, el hecho delictivo quedó demostrado y registrado como un símbolo del oportunismo y la corrupción con que se manejaron las donaciones y el dinero que fue desviado y retenido para beneficio de personas inescrupulosas.

Desde luego, hubo excepciones, las de aquellos funcionarios que trabajaron para ayudar a los damnificados de manera desinteresada, pero estas, lamentablemente, fueron pocas en comparación con el número de quienes lucraron con el dolor.