Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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UNA TEXTILERA DECIDIÓ IR HASTA VILLAZÓN PARA VENDER JEANS A 40 BOLIVIANOS. MANACO COMERCIALIZA 50 POR CIENTO MENOS QUE EN 2013. SE OPONEN AL CONTRABANDO Y LA VENTA DE ROPA USADA.

Industriales optan por material económico y viajes a frontera

Industriales optan por material económico y viajes a frontera



Los dueños de la empresa textilera Coria decidieron realizar viajes hasta la frontera con Argentina para vender los pantalones de mezclilla (jeans) que confeccionan. Manufactura Nacional Cochabamba (Manaco) lanzó este año calzados de lona, más económicos que los de cuero, y ya no contrata personal desde 2013.

En ambos casos, como otras industrias, tienen como objetivo asegurar las ventas, porque se ven afectados por el contrabando y la venta de ropa y prendería a medio uso.

El presidente de la Cámara de Industria de Cochabamba, Antonio Fernández, informó ayer que como sector apoyan el proyecto de ley del Gobierno central que pretende que las alcaldías asuman la competencia del control de la comercialización de la ropa usada. Representantes de diferentes industrias y de la Federación de Fabriles respaldaron la postura. En tanto que los comercializadores de prendería usada defienden sus puestos laborales.

El gerente Administrativo de Coria Textiles, Álvaro Coria, describió que el negocio familiar incluye en su cadena de trabajo viajes de 48 horas por tierra para llegar hasta lugares como Villazón y Bermejo, para realizar una venta directa de jeans a 40 bolivianos, con ganancia mínima.

“Estamos totalmente golpeados. No vendemos ni el 10 por ciento de la producción local. Lo estamos haciendo en las fronteras para poder subsistir”.

La textilera tiene 20 años. En la actualidad, confecciona de 2.500 a 3 mil prendas al mes, 300 por ciento menos de las alrededor de 12 mil que costuraba hace 10 años.

“Estamos siendo invadidos, por el contrabando, por ropa brasileña, china, prendas usadas. Nos vemos desprotegidos”.

La empresa Manaco también asumió algunas medidas para mantener su producto en el mercado.

El gerente de Recursos Humanos, Juan José Pimentel, manifestó que las ventas se redujeron en casi un 50 por ciento desde 2013. Hace cuatro años, Manaco vendía 2 millones de calzados y en la actualidad alcanza solo cerca de la mitad.

“Tiene que ver el precio competitivo y, además, el contrabando que no paga impuestos ni beneficios sociales. Nosotros cumplimos todo lo que la ley nos manda. Nuestra calidad es mayor y ofrecemos garantía real en el país”.

Aunque aseguró que Manaco tiene una proyección de vida asegurada, reconoció que no contratan más personal. En la actualidad tienen 720 trabajadores. En 2013 eran alrededor de 900. Varios se retiraron por distintos motivos, incluida la jubilación. Los puestos no fueron ocupados por otras personas.

“Nos vemos afectados al no poder brindar más fuentes de ingreso al país”.

Este 2017, la empresa mudó parte de su materia prima, de cuero a lona. “La lona está pegando más en el país y es económica”.

Manaco disminuyó la producción de los calzados de lujo para abaratar costos.

Los zapatos de mayor precio tienen forro de cuero y los que son más económicos de lona.

El presidente de la Cámara de Industria enfatizó que la ropa usada es contrabando, “un ilícito, una actividad ilegal”.

Dijo que cada año se estima que ingresan al país 8 mil toneladas de ropa usada, un equivalente a alrededor de 40 millones de dólares.

Conforme a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre los departamentos más afectados por el contrabando son Cochabamba, donde el año 2000 el sector textil tenía una participación 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). En la actualidad, el porcentaje bajó a 0.7.

Citando a la Aduana Nacional, Fernández informó que entre enero de 2010 y abril de 2014 se decomisaron 62.276 fardos de ropa usada. Oruro encabeza la lista con el 58.81 por ciento , le sigue La Paz con 19.08 por ciento y Cochabamba con un 14.31 por ciento .

El gerente general de Julios, Ronald Rodríguez, expresó que “de seguir en ese camino, muchas empresas más van a cerrar”.

El representante legal de la empresa Sentex, Manfred Schejtman, manifestó que se puede generar más empleo y que “lo único que falta es que el Gobierno defienda la industria”.

Estas circunstancias derivaron también en el cierre de empresas. Fernández recordó que en 2016 se cerraron más de 7 mil en Bolivia, de las cuales alrededor de 2 mil estaban en Cochabamba, donde había unos 60 mil empleados. Los sectores más afectados fueron textiles, alimentos y bebidas, marroquinería y cerámica.

La directora de la Cámara de Industria Liliana Almanza resaltó que las industrias bolivianas dan fuentes laborales y aportan a Impuestos Nacionales.

Respaldo

La Cámara de Industria dio a conocer su respaldo a la propuesta del Gobierno de pasar la competencia de control de ropa usada a las alcaldías.

Piden aeropuerto de carga

El presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privados de Cochabamba, Javier Bellott, le pidió al gobernador Iván Canelas activar el aeropuerto de Chimoré como uno internacional de carga. Bellott realizó ayer una visita protocolar y en la reunión se trató varios temas, entre ellos, el del aeropuerto.

El empresario resaltó la necesidad de contar con los medios necesarios para mejorar las exportaciones.

“Estamos en medio del país, que debería ser una ventaja, pero también es una limitación”.

Esto ocurre en empresas como las textileras y las industrias de joyas.

“Estamos alejados de las fronteras y de un centro internacional de cargas, como Santa Cruz. Deberíamos tener uno más cerca, como Chimoré”.

Citó como ejemplo la exportación de flores que se daba hasta 2007 desde Cochabamba hasta Estados Unidos, vía Ecuador, a través del Lloyd Aéreo Boliviano.

“Tenemos que encontrar, ahora, otras formas”.