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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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RADICAL LIBRE

Cocaína para el mundo

Cocaína para el mundo
El primer Gobierno moderno que tuvo lazos sólidos con el narcotráfico fue el de la dictadura de Hugo Banzer Suárez. Durante esos años, la producción de coca destinada a la cocaína creció de 6.800 toneladas a 16.817, materia suficiente para 62 toneladas de cocaína, según afirma un reportaje de Rafael Sagárnaga de 2016. Aun si el narcotráfico era una actividad que formaba parte de la economía más o menos subterránea, sus lazos políticos con los últimos gobiernos militares fueron indispensables durante Banzer y, sobre todo, durante la narcodictadura de García Meza. En este último Gobierno, el carácter gubernamental del narcotráfico se convirtió en fundamental y, por consiguiente, en parte de las relaciones internacionales con la CIA y los intereses geopolíticos del gobierno de Ronald Reagan.

La cocaína estuvo ligada profundamente a la política durante los gobiernos dictatoriales. Hoy la producción de cocaína en Bolivia se ha consolidado y tiene una relación formal con un Gobierno democrático –los sindicatos cocaleros son la parte sustantiva de su base social- y una relación cada vez menos subterránea con la economía. Por consiguiente, en nuestros últimos 40 años de historia la cocaína ha tenido una presencia evidente, porque somos uno de los tres países en los que se produce la materia prima. Ni la DEA ni la industrialización “legal” son respuestas reales. Pero nosotros, sin embargo, nos negamos a pensar nuestra responsabilidad “cocaínera” y definirla desde nuestra historia y nuestro horizonte.

“Probablemente, la solución más radical, la legalización de la producción y comercialización de la cocaína, es la única salida del laberinto. Para los países latinoamericanos, los problemas del narcotráfico tienen su origen en la ilegalidad del mercado: la condena de algunas sustancias, y no de otras, revela que en ese aspecto la moralidad parece ser solo el prejuicio de la mayoría. Hasta que ese problema no se aborde sin prejuicios, el problema de la violencia delictiva en América Latina estará lejos de encontrar una solución” (Luis Manrique).

En el mejor libro sobre la cocaína escrito en los últimos diez años, Roberto Saviano afirma: “Mira la cocaína: verás polvo. Mira a través de la cocaína: verás el mundo”. Si nuestro Gobierno fuera serio y reconociera que, finalmente, la cocaína no solo forma parte de nuestra historia moderna, sino también de nuestra vida contemporánea, se dejaría de hipocresías políticas, de artificialidades económicas y de esquizofrenias sociales. Propondría al país y al mundo la legalización regulada de todas las drogas.