Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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AUTORIDADES DE COCHABAMBA Y TORO TORO PRESENTARON AYER LA PRIMERA ESCULTURA CON MOVIMIENTO MECÁNICO MANUAL.

Nace en la Llajta un “dino” que ronronea

Nace en la Llajta un “dino” que ronronea



“¡Es un dino!”, gritó un niño al ver al dinosaurio que se paseaba ayer por la Plaza Principal de Cochabamba. Se trata del nuevo velociraptor que tiene apenas dos días de nacido y ya camina, habla, ronronea y chilla llamando a su madre. 

Fue presentado en sociedad por las autoridades de Toro Toro y del departamento, ayer en la Gobernación de Cochabamba. Es el quinto de la familia de dinosaurios en Toro Toro.

Luego de la presentación, sus pequeñas patas lo llevaron a explorar la ciudad y dar un paseo por afueras del edificio gubernativo. Su aparición provocó el espanto de palomas y la sorpresa de transeúntes, quienes le tomaban fotos y videos mientras él les respondía con ronroneos, guiños o meneando de cola.

Por ser el primero en su género, su tiempo con la población qhochala fue reducido. El dinosaurio tuvo que ser cargado en un vehículo para emprender su primer viaje. “Tiene que ir a Santa Cruz y luego a su casa -Toro Toro-”, dijo el alcalde de ese municipio Eliodoro Uriona.

Los torotoreños aún no vieron a su nuevo dinosaurio, ya que el velociraptor, subespecie a la que pertenece este animal, vio la luz por primera vez en Cochabamba. Una consultora de artistas qhochalas lidera el nacimiento de cada una de las esculturas emplazadas en la denominada “Tierra de dinosaurios”, al norte de Potosí.

“Es la iniciativa del Alcalde, que es bastante joven y tiene este entusiasmo de dar fuerza el tema turístico en Toro Toro”, dijo Roger Araoz, el escultor de la consultora Arti Kala.

La idea del velociraptor nació poco a poco a partir del impacto que tuvo el primer carnotauro de fibra que impactó al país. “Era impresionante casi real, pero ahora necesitábamos algo más”, dijo el alcalde Uriona.

Es así que el velociraptor nació como la primera escultura con movimiento mecánico manual. Tiene 5.2 metros de largo, 1.95 de alto y 40 kilos de peso. El reto fue encontrar los materiales más ligeros posibles, pero que permitan estabilidad, movimiento y flexibilidad.

Para ello probaron con varios materiales hasta que finalmente la obra resultó con la combinación de materiales como la espuma poliuretano, el aluminio, el plástico y el metal para la estructura.

El paleoartista argentino Jorge Gonzales fue quien asesoró en sus formas y dimensiones. Gonzalo Carrasco, técnico electrónico, y Marcelo “Chelo”, experto en programación de sonido, fueron quienes le dotaron de los mecanismos y programas para que el dinosaurio ronronee, abra la boca, chille, camine, cierre los ojos y mueva su cola.

Pero fue el intendente de Toro Toro, Enrique Veizaga, quien le enseñó a regurgitar. Y es que la escultura fue diseñada a la medida de quien le otorgaría movimiento.

Ahora esta pieza de escultura será llevada a la Feria Internacional de Turismo en Santa Cruz, que se realizará del 23 al 25 de marzo de 2017.

Después, un carnotauro, un velociraptor, un terasaurio y toda la población aguardan su llegada a Toro Toro.

Inversión

El velociraptor, único por sus movimientos y sonidos en Bolivia, requirió de una inversión municipal de 11 mil dólares.