Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

ALGUNAS RUTINAS QUE DEBEN REALIZARSE SON ANDAR DESCALZA Y HACER RODAR UN CORCHO CON LA PLANTA PONIENDO PRESIÓN SOBRE EL PISO. ESTE EJERCICIO TAMBIÉN PUEDE HACERSE CON UNA PELOTITA.

El automasaje en los pies ayuda a conseguir un mejor sueño

El automasaje en los pies ayuda a conseguir un mejor sueño


Aprender a realizar correctamente un automasaje en los pies ayuda a tener una jornada más relajada, a liberar tensiones y a mejorar el estado de ánimo. Según la reflexología, los pies son el reflejo de la columna vertebral y de todo el cuerpo.

Algunos ejercicios prácticos que se pueden realizar como automasaje para los pies son andar descalza (o a lo sumo en medias) el mayor tiempo posible. Esta rutina es ideal para que el pie desarrolle la fuerza y flexibilidad adecuada.

Además, es bueno dedicar un tiempo a relajar las plantas de los pies. El ejercicio que puede hacerse diariamente, incluso viendo la televisión arranca con el amasado general, a fin de conseguir que entre en calor. De esta manera precalienta el pie haciendo que se irrigue de sangre.

Después, se toma un corcho y se lo hace rodar por todo el arco del pie. Se permanece haciendo presión donde haya tensión y luego se afloja. Se sentirá un alivio inmediato. Con la ayuda de una pelotita de tenis se masajea toda la planta poniendo presión sobre el piso, de
esta manera se arquea el pie y se alivian las tensiones.

Se puede aprovechar para “desperezar” bien todos los dedos, estirándolos uno por uno. Para conseguir relajar los pies se aconseja también
pararse sobre las dos plantas y observar cómo, idealmente, se tendría que formar un arco de apoyo con un punto debajo del dedo gordo,
otro entre el meñique y el anular y otro en el talón. Es raro o imposible encontrar pies planos con columnas vertebrales de curvas grandes, así como encontrar pies con mucho arco en columnas vertebrales planas. Esto sucede porque las curvas son las mismas que las de nuestra columna; por eso, tener fuerza en el arco, por ejemplo, equivale a tener fuerza en nuestros espinales.