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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Los gigantes que protegen y dan vida a la Llajta

Los gigantes que protegen y dan vida a la Llajta


Los recuerdos felices de la infancia se avivan a medida que pasan los años… un olor especial, un objeto o una persona pueden evocar ese tiempo y provocar una nostalgia que sobrecoja el corazón.

Cada vez que Juan Encinas está cerca de Bicente confirma que su fiel amigo no lo defraudó y que lo acompañó durante sus 60 años de vida; lo más probable es que continúe firme en el mismo lugar, aún después que él haya partido a su viaje sin retorno.

El último día de septiembre, Juan se dirigió a la calle Elena Rendón a la altura de la avenida Atahuallpa y no dudó en buscar en el suelo unas semillas de Bicente, aquel chillijchi que habita en la zona hace más dos siglos. Lo que quiere es sembrarlas en la acera de su casa, con la esperanza de que alguna germine y crezca; y, así algún día, se convierta en el amigo de sus nietos.

Así como Bicente, hay muchos árboles distribuidos en diferentes lugares de Cochabamba; hay pequeños como gigantes, jóvenes como centenarios o milenarios, con troncos delgados como gruesos, de copas frondosas y ralas. Todos convertidos en guardianes, embelleciendo parques, calles y patios; y ayudando a purificar el aire cochabambino.

Lamentablemente, por el ritmo acelerado de la vida moderna, muchos de nosotros pasamos indiferentes cerca de ellos. Sin darnos cuenta de la belleza de los chillijchis o ceibos que son la inspiración de artistas plásticos; de la imponencia de los tipas que moran en la plazuela Cobija, cuyas ramas y copas garantizan a los visitantes una sombra segura.

Gonzalo Medrano, dedicado a la agronomía y amante de los árboles, resalta la presencia de especies gigantes como las araucarias o pinos europeos, eucaliptos traídos desde Australia, los molles y las palmeras que crecieron libremente adornando el cielo azul cochabambino.

Según Medrano, otros árboles de menor tamaño como jacarandás, ceibos, sauces, carnavalitos coloridos en diferentes estaciones del año, también adornan la región.

La primavera llegó hace poco y con ella, nuestros árboles despiertan de su letargo invernal a la espera de que todos nos demos cuenta de su presencia.