Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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OJO DE  VIDRIO

Manejar un Hummer

Manejar un Hummer
El Hummer es un carro militar de 6.000 c. c. Cuesta alrededor de 60.000 euros si es nuevo. Hay limosinas Hummer sobre todo en Santa Cruz, con los vidrios oscuros, que suelen utilizar los jóvenes para festejar cumpleaños y otros aniversarios. En Santa Cruz, hay autopistas que pueden cobijarlos, pero en Potosí las calles son estrechas y coloniales, y sin embargo la Villa tiene Hummers en mayor proporción que cualquier otra ciudad.

¿Por qué? Porque es el carro preferido de los miembros del Consejo de Administración de cualquier cooperativa minera. El contraste con los miembros de ese consejo, quienes dirigen la cooperativa y los mineros asalariados es considerable. Por un lado, hay capos que se compran las mejores residencias en las principales ciudades del país, y manejan Hummers como si hubieran bajado de un micro para subirse a otro, y hay asalariados pobres, entre los cuales figuran cuatro muertos en los bloqueos de la anterior semana, todos ellos gente humilde. Tres mineros murieron con impactos de bala y uno no pudo manipular una carga de dinamita, se hizo volar un brazo y una herida insalvable en el vientre. Del otro lado, el viceministro Rodolfo Illanes se dirigió a buscar diálogo con quienes sabía que eran sus conocidos, y entonces surgió la amenaza: si había un segundo muerto, Illanes sería torturado. Llegó la noticia y los mineros se ocuparon de descalzarlo, golpearlo, provocarle hemorragia interna y una fractura de cráneo con una pedrada que acabó con su vida. Le aplastó la cabeza.

Los ciudadanos piden una investigación seria en todos los casos para dar con los autores. Probablemente, los ejecutores fueron mineros asalariados y policías de base, pero hay autores intelectuales que deben ser identificados. La investigación está a cargo del Ministerio Público y se debe aplicar la justicia sin contemplaciones. Ese es el clamor de todos y todas.

Pero aquí no deberíamos limitarnos a las pruebas de balística, autopsias, declaraciones e investigaciones criminales, sino hacer investigación de fortunas, para saber quiénes están de un lado y quiénes del otro, quiénes manejan Hummers y compran casas muy caras y quiénes son asalariados y pobres. Algunos ciudadanos quieren que la investigación de fortunas se extienda a toda la sociedad, pero por algo hay que empezar, por investigar a los cooperativistas, qué de cierto hay en que tramaron un golpe de Estado, qué relaciones tienen con las transnacionales, entre ellas COMSUR, la compañía de Goni; y qué deciden los mineros asalariados.