Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 17:03

El papa denuncia en la misa en Czestochova la tentación de buscar el poder

El papa denuncia en la misa en Czestochova la tentación de buscar el poder

El papa Francisco denunció la tentación, "que se infiltra por todas partes", de ser atraídos por el poder y la visibilidad en la misa que celebró hoy en el santuario de la Virgen de Jasna Gora, en Czestochowa (Polonia), ante 300.000 personas.

El pontífice argentino celebró una misa en este santuario de la llamada Virgen Negra, la más venerada por los católicos polacos y por Juan Pablo II, en la que se recordó los 1.050 años de la conversión al cristianismo de la nación polaca.

Antes de la celebración, Francisco visitó el santuario y se recogió en oración durante algunos minutos ante el icono bizantino que representa a la Virgen Negra.

La misa comenzó con un pequeño susto, cuando Francisco cayó al tropezar al subir los escalones hacia el altar, fue ayudado a levantarse y continuó sin problemas.

En la homilía, que pronunció en italiano y que después traducía al polaco un sacerdote, Francisco comentó el pasaje bíblico de las bodas de Caná con el milagro la conversión del agua en vino, para reflexionar sobre que "el Señor no mantiene las distancias, sino que es cercano y concreto, que está en medio de nosotros y cuida de nosotros, sin decidir por nosotros y sin ocuparse de cuestiones de poder".

"Prefiere instalarse en lo pequeño, al contrario del hombre, que tiende a querer algo cada vez más grande", afirmó.

Y entonces denunció que "ser atraídos por el poder, por la grandeza y por la visibilidad es algo trágicamente humano, y es una gran tentación que busca infiltrarse por doquier; en cambio (hay que) darse a los demás, acortando distancias, viviendo en la pequeñez y colmando concretamente la cotidianidad".

Jorge Bergoglio subrayó que el Señor "prefiere a los pequeños" porque "hablan su mismo idioma: el amor humilde que hace libres".

"Por eso llama a personas sencillas y disponibles para ser sus portavoces, y les confía la revelación de su nombre y los secretos de su corazón", señaló.

Y al respecto citó a los muchos polacos, "personas sencillas y también extraordinarias que han sabido dar testimonio del amor del Señor en medio de grandes pruebas" como san Juan Pablo II y santa Faustina Kowalska.

El papa también mandó un mensaje a los hombres de la Iglesia y les recordó sus deberes: "Hay que escuchar, comprometernos y hacernos cercanos, compartiendo las alegrías y las fatigas de la gente, de manera que se transmita el Evangelio de la manera más coherente y que produce mayor fruto".

Puso como ejemplo la sencillez y humildad de María que, como en Caná, supo "detectar los momentos difíciles y solventarlos con discreción, eficacia y determinación. No es dueña ni protagonista, sino Madre y sierva".

En este santuario mariano, Francisco confió en la Virgen, "que lleva la paz en medio de la abundancia del pecado y de los sobresaltos de la historia", para "poder ser siervos buenos y fieles".

Tras la misa, Francisco regresará a Cracovia, donde esta tarde le esperan cientos de miles de jóvenes en la explanada de Blonia para un primer encuentro de la Jornada Mundial de la Juventud.


.


Peregrinos de países habla hispana inundan las calles de Cracovia durante JMJ

La lengua española está presente en las calles de la ciudad polaca de Cracovia, donde decenas de miles de peregrinos españoles e hispanoamericanos asisten estos días a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), presidida por el papa Francisco en su primera visita a Polonia.

El centro de la ciudad está tomado por religiosos y jóvenes de 187 países diferentes, pero los fieles de habla hispana son los que más se hacen notar con sus banderas y cánticos y han convertido la plaza central de Cracovia en una fiesta donde el español se escucha mucho.

Belén, peregrina de Chile, aseguró a Efe que el español se oye "muchísimo, y no sólo por la gente de países en los que se habla (...) sino que todo el mundo maneja aquí el español muy bien, y ya casi es decir hola y te entienden".

Una de las claves de esta gran presencia hispana es probablemente que el papa es argentino, como reconoció a Efe una joven española, que ha llegado con un grupo mariano en un viaje interminable en autobús desde Madrid.

"Le entendemos, anima más a estar atentos a la misa, a escuchar lo que nos dice, y nos llega más el mensaje al entender lo que nos dice, es más cercano", dijo.

La organización habla de 360.000 jóvenes registrados, aunque el número podría superar el millón, dicen, ya que muchos han llegado a la ciudad polaca de manera independiente de la organización.

Alojar y atender a tantos miles de muchachos de todo el mundo ha supuesto un reto para los organizadores, que han dispuesto albergues en escuelas, seminarios, residencias de estudiantes, polideportivos o incluso en casas particulares.

"Tenemos anécdotas de personas que han cedido su habitación y se han ido al sofá, el día a día ha sido muy bonito, teníamos dos desayunos, dos comidas, se han volcado con nosotros", relató a Efe el padre Borja Macrón, de los Legionarios de Cristo, recordando los días previos pasados cerca de Cracovia con un grupo de 400 españoles llegados de Madrid, Sevilla, Valencia y Barcelona.

La mayoría de estos grupos de jóvenes se encuentran en Cracovia acompañados de religiosos que también realizan labores de catequesis durante estos días, aunque todos destacan que lo más importante es la oportunidad de convivir con los jóvenes y compartir la cercanía del papa.

"Muchas veces se dice dónde están los jóvenes, que están mal los jóvenes, pero cuando uno esta aquí parado y ve tantos jóvenes dispuestos, gritando por Cristo Rey, a uno le tiembla el corazón y piensa: caramba, tantos jóvenes así cambiarían el mundo", dijo a Efe un seminarista mexicano de Puebla.

Fiesta, bailes, cánticos y alegría, pero también oración y reflexión conforman cada jornada durante la JMJ, con espacios habilitados para rezar en silencio, alejados del tumulto.

Un día a día que incluye catequesis, misas, oración y, por supuesto, "conocer gentes de todo el mundo para hablar el idioma universal que viene siendo Dios", contó a Efe un joven peregrino mexicano.

Velando por los peregrinos, mucha policía, 20.000 agentes según las autoridades polacas, en un despliegue especial para evitar cualquier incidente, especialmente después de los ataques en Francia y la vecina Alemania.

El riesgo de ataque terrorista, del que alertó la secretaría de Estado de EEUU el pasado mes de mayo, ha hecho que algunos padres decidan que sus hijos se queden en casa y no asistan a esta JMJ.

"Yo creo que en parte mucha gente se ha abstenido a venir por el miedo, pero más allá de eso creo que la fe es lo más importante, y que mucha gente que tiene fe ha confiado en el Señor" dijo a Efe Renñe, peregrino boliviano, de Cochabamba, quien no ha dudado en asistir a la Jornada Mundial de la Juventud con su pequeño hijo.