Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

LOS CUERPOS SIN VIDA DE EDGAR MEDRANO Y RONALD ALEGRE FUERON DESPEDIDOS POR CASI UN CENTENAR DE FAMILIARES Y AMIGOS, TRAS UNA DRAMÁTICA CEREMONIA EN EL CEMENTERIO GENERAL

Entierran a los dos bolivianos fallecidos en accidente en Chile

Entierran a los dos bolivianos fallecidos en accidente en Chile



Familiares y amigos despidieron ayer a Ronald Alegre Mamani (32) y Edgar Medrano Orellana, fallecidos en un accidente el martes pasado en Chile, tras una emotiva ceremonia de entierro celebrada en el Cementerio General de la ciudad.

El funeral desató dramáticas muestras de dolor en las cerca de 100 personas que asistieron al sepelio, en especial en las viudas y padres de los dos finados, que fueron depositados en nichos casi contiguos, uno después de otro.

El cuerpo de Alegre fue el primero en llegar al cementerio, poco antes del mediodía. Unos 10 minutos después, arribó el de Medrano. Ambos fueron acompañados por nutridos cortejos fúnebres, integrados por familiares, amigos y vecinos.

El entierro se produjo al día siguiente de la expatriación de los dos cuerpos, gestionada por la Secretaría de Desarrollo Humano de la Gobernación de Cochabamba y representantes diplomáticos en Chile.

Medrano y Alegre fallecieron el martes pasado, en la zona de Astillero Alto, a 28 kilómetros de la ciudad chilena de Pelarco, luego de que les cayera encima una torre de alta tensión en cuyo montaje trabajaban.

FAMILIA Nacido en Cochabamba, Edgar Medrano Orellana iba a cumplir 29 años este 8 de julio. Dejó viuda a Elizabeth Hinojosa (26) y huérfanos a sus hijos John Bryan (7) y María Angélica (5).

Desde hace cuatro años, viajaba periódicamente a Chile para trabajar en el montaje de torres de alta tensión. Vivía con su familia en la zona de Maica Chica, al sur de la ciudad.

También natural de Cochabamba, Ronald Alegre Mamani iba a cumplir 33 años el próximo 8 de octubre. Dejó en la viudez a Roxana Ayala (30) y en la orfandad a Deyla, su única hija, de nueve meses.

Al igual que Medrano, viajaba con regularidad a Chile a trabajar en el montaje de torres de alta tensión. Lo hacía desde hace unos cinco años. En Cochabamba vivía en la zona de Champarrancho, a pocas cuadras de Medrano.