Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Créditos y donaciones

Créditos y donaciones
Hasta ahora, la única faceta del programa Bolivia Cambia, Evo Cumple que llamaba la atención era la falta de estudios para justificar las inversiones. Una incomprensible ausencia de proyectos productivos que podría tal vez justificarse alegando incapacidad de muchos municipios para desarrollarlos. Pero la finalidad del programa no es, en realidad, alentar esos proyectos. Es evidente, desde el mismo nombre, que tiene fines de proselitismo. Explicable, si se considera que ese es un aspecto básico del ejercicio del poder político.

Lo que resulta inexplicable es la incongruencia entre algunas de las obras ejecutadas y las características particulares de cada región. Fue una estupidez, por ejemplo, que en un barrio de Tarija hayan sacado el pasto a la cancha para que el Presidente inaugure en ella el césped sintético. A los vecinos de “La Bombonera” les quitaron el encanto del trabajo en comunidad para mantenerlo parejito. Hoy es una cancha más...

Algo tan absurdo como una planta industrializadora de leche instalada hace más de 20 años en el Chapare, con financiamiento millonario de Holanda dentro de los programas de desarrollo alternativo. La producción lechera de toda la zona, que no es precisamente apta para la ganadería intensiva, apenas cubria una décima parte de la capacidad instalada. De la incongruencia eran conscientes los colonizadores.

Y la criticaban, igual que a las letrinas “ecológicas” que ayudaban a construir a sabiendas de que no servían, sólo porque les pagaban por el trabajo. Pero eso es, ahora, sólo anécdota. La nueva faceta que llama la atención comenzó a tomar cuerpo con la no respuesta vicepresidencial a un pedido de explicaciones del jefe de Unidad Nacional sobre el uso de los recursos financieros. El Vicepresidente llamó “ignorante”, “incapaz” y “mentiroso” al político opositor para afirmar que el programa nunca se financió con créditos, sino con donaciones del gobierno venezolano.

Cierta o falsa la denuncia de Samuel Doria Medina sobre el aparente mal manejo de los 437,8 millones de dólares invertidos hasta ahora, la artillería de adjetivos utilizada para responderla no cierra el asunto. Tampoco eso de que sólo fueron donaciones. Si fue así, hay que explicar también cómo se administraron esas “donaciones”.

Cualesquiera sea la procedencia de ellas (el Presidente habló también de donaciones chinas) fueron hechas al Estado boliviano en la persona de su Presidente y no son parte de su patrimonio personal. Tienen, por tanto, que ser fiscalizadas.