Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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LOS AGENTES DE LA POLICÍA INTERVIENEN EN LA BÚSQUEDA, IDENTIFICACIÓN Y DESACTIVACIÓN DE EXPLOSIVOS, ACTIVIDAD QUE CONSIDERAN UNA AVENTURA. DEPENDEN DE LA UNIDAD DE BOMBEROS

Amenazas de bomba ponen a prueba a grupo antiexplosivos

Amenazas de bomba ponen a prueba a grupo antiexplosivos



“Gracias a Dios estoy con mis diez dedos”, dice entre risas y consciente de los riesgos de su profesión el sargento Reynaldo Mamani, uno de los técnicos del grupo antiexplosivos dependiente de la Unidad de Bomberos de la Policía en Cochabamba.

Para quienes son parte de este grupo especializado de la Policía, las intervenciones ante amenazas de bombas y búsqueda e identificación de explosivos son como aventuras en las que plasman sus técnicas y conocimientos adquiridos desde hace años en cursos realizados en Estados Unidos y Perú.

Aunque el trabajo es riesgoso, Mamani cuenta que no ha sufrido accidentes y destaca que su labor sea al servicio de la sociedad y no de represión. Este técnico es parte del grupo desde su inicio hace 24 años y está a poco de jubilarse. Trabaja en la Policía hace 35 años y todavía muestra fortaleza y ganas de seguir en la institución.

LA REALIDAD “Somos técnicos y estamos preparados para enfrentar cualquier amenaza de bomba o artefacto explosivo, para neutralizar o para desactivar”, dice Mamani agregando que en Bolivia el explosivo que oficialmente se conoce es la dinamita.

Los técnicos se refieren también a explosivos electrónicos -a reloj- los que pueden ser activados también en celulares que aún no estarían en Bolivia. Explican que el equipamiento con el que cuentan no es el óptimo pero que la capacitación que han obtenido, con el tiempo les permite intervenir con eficacia.

En los años recientes no se han registrado casos graves o que hayan derivado en algún accidente.

Antes de la inauguración del grupo, trabajaban con elementos básicos en la atención de amenazas e inspecciones. Un espejo era el apoyo para revisar techos y otras zonas.

El sargento Ricardo López, también técnico, está hace 19 años en el grupo especializado y asegura que la palabra miedo no existe entre ellos.

“Nosotros estamos acostumbrados. Ya estamos ambientados a este tipo de trabajo”, asegura mientras muestra el contenedor con el que empezaron a trabajar hace 24 años.

Se trata de una especie de remolque que tiene un contenedor fabricado con una capa de acero de tres centímetros cuya finalidad es el traslado de explosivos que en caso de activarse tendrían una onda expansiva hacia arriba y sin causar daños.

“Aunque como todo va avanzando ya no lo estamos utilizando mucho, sólo para las prácticas”, dijo.

Apuntes.



Hace unos 20 años

A pocos años de la creación del grupo antiexplosivos, cuando las computadoras también eran nuevas en Bolivia, los agentes de la brigada recuerdan el caso registrado en una tienda comercial donde se habría advertido que existían explosivos a reloj y cuatro litros de gasolina que podían producir un incendio. Los policías de Antiexplosivos lograron desactivarlo. Dos semanas después se reportó otro hecho similar y los agentes también atendieron el caso con eficacia. Ambos casos se registraron en el centro de la ciudad.

La intervención de este grupo también fue importante en la

identificación de cazabobos en zonas de erradicación de coca.

Los agentes

En la creación del grupo estuvo el coronel Julio Miranda. Actualmente cinco personas integran la brigada: Trifón Marca, Ricardo López, Reynaldo Mamani, Víctor Roque

y Constancio Calle.

Llamadas falsas

El Grupo atiende con frecuencia llamadas anónimas que dan información falsa sobre la existencia de explosivos, amenazas de bomba que son atendidas sin discriminación. Los agentes consideran que no se puede descartar ningún caso y recomiendan que las empresas que reciben ese tipo de advertencias no supongan que es falso y por seguridad adviertan a las autoridades. Es frecuente el registro de llamadas de este tipo desde los juzgados donde se desarrollan audiencias en las que buscan reprogramar los juicios. En Quillacollo se registraron tres de estas llamadas con “falsa alarma”.